Asesinatos en la Universidad del Magdalena: Más de 6 mil días de impunidad

Por los asesinatos de Hugo Maduro, Roque Morelli y Julio Otero, viene siendo investigado el ex alcalde de Santa Marta y para el año 2000, rector de la Universidad del Magdalena, Carlos Eduardo Caicedo Omar.

El tiempo pasa y aun después de 6.555 días de aquel trágico 26 de mayo cuando fue asesinado, los familiares y amigos del estudiante Hugo Maduro, aun están a la espera que haga acto de presencia la justicia, la misma que “cojea, es ciega, pero llega”.

Esta es una de las imágenes expuestas en la conmemoración de los 18 años de impunidad de la muerte de Hugo Maduro.

Asimismo, los parientes de Roque Morelli y Julio Otero, pegados al radio, mirando la prensa y con el teléfono en la mano, para conocer la noticia que por fin la ‘señora justicia’ apareció y con esto, culmine el calvario en que se ha convertido la espera, a la que solo llaman con una palabra, “impunidad”.

Hugo Maduro, fue asesinado el 26 de mayo del año 2000, a manos de los paramilitares. Ese mismo grupo cegó la vida de Roque Morelli y Julio Otero.

Mientras se adelantaba un evento conmemoratorio de los 18 años de la muerte de Maduro. Desde lo lejos, en el exilio por el temor de sufrir algún tipo de atentado ante las múltiples amenazas del pasado, Cándida Maduro, por medio de una nota de voz de más de 15 minutos enviada a la audiencia, relata que no se olvida cuando por última vez, escuchó la voz de su hermano, suplicando por ayuda, bajo la cama y bañado en sangre, clamando que no lo dejara morir, luego de la ráfaga de disparos con las que su asesino descargó su arma.

Asegura que se le vienen a la mente aquellos 3, 5, 8 y hasta más impactos de bala que desde una casa vecina escuchaba y parecían multiplicarse mientras vivía la incertidumbre y la cruel realidad, “a Hugo lo están matando”.

ESCUCHE EL RELATO DE CÁNDIDA MADURO

El ex alcalde de Santa Marta, Carlos Caicedo, ha sido acusado publicamente de ser responsable de los asesinatos de Hugo Maduro, Roque Morelli y Julio Otero.

Cándida a través de una nota de voz, que fue expuesta ante las pocas personas, quizás por miedo o por indiferencia, asistieron al evento en el que amigos y ex compañeros en la Universidad del Magdalena, conmemoraron 18 años de impunidad de la muerte de su hermano, recuerda la última vez que vio vivo a Hugo.

Describe que estaba conversando con Hugo, en una charla amena sobre cosas básicas: como que se iba a preparar ese día para la comida o su opinión sobre el maltrato a la mujer; charla que fue interrumpida por la llegada de dos hombres, quienes, sin mediar palabras, atentaron contra la vida del ‘alma del hogar’; aquel que aparte de ser la cabeza de la casa, era el que defendía los ideales del estudiantado de una universidad (Universidad del Magdalena), que, para ese entonces, “era la única opción para que un pobre pudiera ser profesional”.

MURIÓ DEFENDIENDO AL ESTUDIANTADO

A través de un altoparlante Armando Restrepo, su compañero, escucha la voz de Cándida, la hermana de ‘su llave Hugo’ y no puede evitar llorar al escuchar el testimonio de la única testigo de un asesinato, que, a pesar de haberse confesado, ha sido insuficiente para que la rama judicial ponga en custodia a quien sindican como el actor intelectual.

Armando mira alrededor de los pasillos de aquel campus universitario, testigo de luchas incansables por los derechos de los estudiantes, en el mismo donde Hugo, hacía valer el pensamiento crítico de los estudiantes.

EL LLAMADO DE LA MUERTE

Ceses de actividades, manifestaciones, las denuncias y las amenazas por quienes luchaban por defender sus derechos en la Universidad del Magdalena, estaban a la orden del día.

Es por eso que todos coinciden en que Hugo fue asesinado por el sistema, el que lo veía como una piedra en el zapato.

El altoparlante sigue reproduciendo la nota de voz, es Cándida cada vez más adolorida, “quien sabe cómo hizo esa mujer para grabar eso. Tiene bastante estómago y fuerza”, aseguran varios de los que caminan por los pasillos de la plaza central.

“Ese 26 de mayo del año 2000 estábamos sentados conversando en la entrada de la casa, cuando aparecieron en una motocicleta dos hombres. Yo les pregunté que buscaban, pero ellos se quedaron callados, luego Hugo se levantó y se colocó detrás de mí y les preguntó ¿Qué buscan?”, cuenta Cándida, que quizás esa pregunta fue la que el estudiante no debió haber hecho nunca.

“Fue en ese momento que el hombre sacó un arma y yo al ver eso le grité Hugo corre”, relató la adolorida hermana.

LO MATARON BAJO UNA CAMA

El parlante sigue sonando, pero la voz en la grabación se entrecorta, parece una falla técnica, pero fue la misma mujer, quien tomó una pausa para contar, los minutos más largos y más dolorosos de su vida.

Mientras se escucha la versión de Cándida, varios curiosos se sientan alrededor de la plaza, algunos sin saber si quiera, quien era Maduro, “¿quizás algún primo del Presidente de Venezuela?”, sin saber que fue uno de los que alcanzó tanto liderazgo dentro y fuera de la Alma Mater, que se volvió peligro para muchos.

“Él corrió a una casa vecina y el hombre lo siguió, mi hermano solo encontró la cama, se ocultó debajo de ella, pero hasta ese lugar llegó ese hombre y le disparó”.

“Cuando el otro señor que estaba en la moto me miró y saca el arma yo también corrí y entré a otra casa pidiendo auxilio, pero lamentablemente el señor que estaba allí se encontraba en silla de ruedas y no me pudo ayudar, yo escuché varios disparos y cuando ya no sentí más, me acerqué a buscar a mi hermano y vi cuando el sicario estaba cargando nuevamente el arma y se regresaba, pero seguía disparando hacia donde se encontraba mi hermano”, expresó con voz entrecortada.

“Todo era confusión, había mucha oscuridad. “Él me dijo que le dolía mucho la espalda, logré sacarlo y busqué una tabla, cuando salí, habían muchas personas en el lugar y me ayudaron hasta subirlo a un carro que no sé de dónde salió. Camino al hospital yo le decía quién te hizo esto y me respondía esto viene de la Universidad”, dijo la mujer.

Amigos de Hugo Maduro, recordaron que 18 años después, su muerte sigue en la impunidad.

¿QUIÉN LO MATÓ?

Con rabia y temor, Cándida desde su exilio, Carlos Morelli, hermano de Roque y Armando Restrepo, además de otros que aseguran ser víctimas y desplazados, aseguran que el paramilitarismo, asociado con la administración de la Universidad del Magdalena en la época, acabaron con su vida y de paso con la de ellos.

Según han indicado las investigaciones y en las audiencias tras la captura de Luis Carlos López Castro, quien según la única testigo del hecho era quien conducía la motocicleta, “el hombre confesó y aceptó ante la Fiscalía de Justicia y Paz, que quien dio la orden fue el en ese entonces rector Caicedo Eduardo Caicedo Omar, eso quedó grabado en video de la confesión. El que le disparó sin piedad a mi hermano fue Hélmer Hincapié, quien también se encuentra pagando una condena por este asesinato”, añadió.

Termina la nota de voz de más de 15 minutos y el llanto, los recuerdos de un gran líder y la impotencia ante lo que llaman impunidad, fue lo que dejó la conmemoración de 18 años de la muerte de Hugo Maduro.

 

 

 

 

Por: Andrés García Castaño
@AndyGarciaJC
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