Por: Ana María Rodríguez
A pocas semanas de la posesión del presidente electo; el ex guerrillero Gustavo Petro, sus mismos electores han empezado a ver quien realmente es. Se ha quitado esa máscara de socialdemócrata, y mostró ese verdadero rostro que muchos habíamos advertido, un dictador socialista. En más de una ocasión nos demostró que no dejó de lado esas costumbres que adquirió, o bueno en mi opinión que enseñó, en el M-19; la persecución y las amenazas hacia sectores de derecha han iniciado, y les aseguro que se concretaran una vez llegue al poder.
Estas últimas semanas han estado cargadas de amenazas y de acciones concretas que atentan con los derechos y libertades individuales de los colombianos; especialmente de los sectores de derecha, que ahora, son oposición. Estos ataques iniciaron con la afirmación del presidente electo, donde expresó que “hay corrientes de extrema derecha que hay que eliminar”. Los petristas no se demoraron en buscar la manera de defender el uso de esta frase, pero, sin importar el contexto en el que lo diga, esto es un ataque y amenaza directa a la oposición y a nuestra democracia. Los derechos políticos de la población enfrentan un declive preocupante sin Petro haberse posesionado. Pero mi pregunta para Gustavo Petro es, ¿cómo pretende eliminarnos? Me preocupan sus antecedentes, que públicamente haya admitido haber empuñado un arma en contra del pueblo colombiano, que sus seguidores, “amantes de la vida” lo justifiquen diciendo que el M-19 jamás secuestro o asesinó a alguien que no lo mereciera. Gustavo de todo corazón espero que su coherencia frente a los falsos positivos y las ejecuciones extrajudiciales y ese discurso tan constante frente a esas 6402 personas presuntamente asesinadas por el Estado (digo presuntas porque no se han dignado a darnos una lista de nombres), no sea como su coherencia frente a la dignidad humana, porque para usted eso no existía ni para los miembros de la guerrilla terrorista de la cual usted hizo parte. Ya conocemos su historial frente a la coherencia, un día dice una cosa, pero sus actuares son completamente opuestos a su discurso.
Gustavo Petro ha demostrado que sus alcances son superiores a los de Chávez, sin embargo, no duda en aplicar el mismo discurso y las mismas estrategias que este, para cumplir con sus objetivos. Por medio de su cuenta de Twitter, prácticamente citó al difunto dictador socialista, amenazando a sectores productivos, específicamente al sector petrolero encabezado por Ecopetrol, donde textualmente por medio de la frase “No nos reten”, amenazó a la actual junta directiva de Ecopetrol, justificando dicha amenaza en que el voto popular es mandato, y que quiere producir consenso, pero no doblegar el voto popular que quiere energías limpias. Curioso que el ex guerrillero hable de generar consensos, cuando la vicepresidente electa, busca censurar todo comentario negativo hecho hacia ella, tildándolo de calumnia y abriendo procesos judiciales a quienes ejercieron su legítimo derecho a la libertad de expresión. Ahora bien, todas las fake news y trabajos de desprestigio liderados por la campaña del Pacto Histórico, fueron completamente legítimos y correctos para ellos, pero bueno es normal, ellos siempre van a estar dispuesto a mover e incluso eliminar línea ética y moral con tal de cumplir con sus objetivos. Pero no ha sido solo Francia Márquez la que ha iniciado esta cadena de censura, la Senadora electa miembro del Pacto Histórico, Isabel Cristina Zuleta, la misma que afirmó que había quemado a Fajardo y que fue una tarea dura, arremetió en contra de una menor de edad uribista, amenazándola con denunciarla por no compartir su ideología empobrecedora.
No solo Gustavo Petro se quitó la máscara, todo el Pacto Criminal nos está demostrando que nuestras afirmaciones no eran paranoia, nos demostraron sin haberse posesionado que lo último que les importa es quebrantar nuestra democracia y nuestros derechos, típico de los socialistas. Pero, sin importar lo que ellos pretendan hacer, nuestra voz como nueva derecha cada vez será más fuerte, llegará a cada rincón de Colombia, la nueva derecha va a proteger a este país sin importar lo que nos cueste.
