|OPINIÓN EA| El tiro por la culata

Por: Jorge Noguera

11 millones y pico de personas, entre ellos: expresidentes de la República, Congresistas, y toda la izquierda colombiana salieron por tercera vez a cazar al señor de los 3 huevitos, ya que ni utilizando todos los medios jurídicos, político, calumnias y una cantidad de denuncias y demandas, no habían podido alcanzar su objetivo.

Dentro de la multitud, alguien a pesar de su experiencia tampoco había podido cazarlo, por lo que decidieron unirse para acabar con el enemigo al mejor estilo de la fábula de Esopo:

<El caballo, el ciervo y el cazador>


“Un caballo decidió vengarse de cierto venado que lo había ofendido y emprendió la persecución de su enemigo.


Pronto se dio cuenta de que solo no podría alcanzarlo y, entonces, pidió ayuda a un cazador. El cazador accedió, pero le dijo: «si deseas dar caza al ciervo debes permitirme colocarte este hierro entre las mandíbulas, para poderte guiar con estas riendas, y dejar que te coloque esta silla sobre el lomo para poderte cabalgar estable mientras perseguimos al enemigo».

El caballo accedió a las condiciones y el cazador se apresuró a ensillarlo y embridarlo. Luego, con la ayuda del cazador, el caballo no tardó en vencer al ciervo.
Entonces le dijo al cazador: «Ahora apéate de mí y quítame esos arreos del hocico y el lomo».
«No tan rápido, amigo — respondió el cazador—.


Ahora te tengo tomado por la brida y las espuelas y prefiero quedarme contigo como regalo»”


*El caballo, el ciervo y el cazador.*

Fábulas de Esopo



Sin lugar a dudas, el pueblo ha entregado su libertad en manos de un autócrata en ciernes, en una alianza funesta, que no solo nos llevará a la pérdida de la democracia  y la libertad, sino que pasaremos de víctima a victimarios ya que los autócratas utilizan esta estrategia para seguir montados en los hombros de los más pobres para alcanzar a los ricos.

Con toda seguridad el disparo le salió por la culata a aquellos que se perfilan para ser candidatos a unas próximas elecciones presidenciales en Colombia, el presidente electo, les dirá cómo dijo el cazador de la fábula de Esopo, “no tan rápido, amigo.”Nos preguntamos, el presidente Electo es un autócrata en cierne?


El eminente politólogo Juan Linz, nacido en la Alemania de Weimar y criado en plena Guerra Civil española, conocía bien los peligros de perder la democracia.
Ejerciendo como educador  en Yale, gran parte de su profesión la dedicó a entender cómo mueren las democracias.

Dentro de las muchas conclusiones de Linz en su libro titulado “La quiebra de las democracias”. Publicado en 1978, concluye que el accionar del político puede reafirmar la democracia o hacerla tambalear.

En este caso podemos ver si un político es autoritario cuando su accionar deja ver alguna de estas cuatro señales:

1) rechaza, ya sea de palabra o mediante acciones, las reglas democráticas del juego, 2) niega la legitimidad de sus oponentes,  3) tolera o alienta la violencia o  4) indica su voluntad de restringir las libertades civiles de sus opositores, incluidos los medios de comunicación.

De sobra hemos observado cómo en una evaluación de estas el electo sacaría la máxima nota.

Algunos autores manifiestan que Colombia tiene una de las democracias más fuertes en Latinoamérica, me parece que se equivocan, no más que el electo presidente hiciera una señal y de inmediato todos los gamonales políticos fueron a arrodillarse, y ni que digamos del perdedor de la contienda, éste ya estaba en aquella orilla antes de las elecciones, que traición.

No hay ninguna fortaleza de la democracia Colombiana, cuando vimos cómo partidos políticos de derecha salieron corriendo a hacer alianza con la izquierda, caso contrario que no ha ocurrido, los partidos tradicionales han colocados sus intereses personales ante la eminente perdida de la democracia y la libertad, definitivamente a estos el tiro también le saldrá por la culata.

Hay que opinar antes de que comiencen a callarnos.

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