El burgomaestre le cambio las reglas de juego a los concejales y se inventó una fórmula para evadir los organismos de Control y poder “manejar” la contratación del Alumbrado Público El servicio, que hasta diciembre estará concesionado, pasará al ESSMAR-ESP y podría quedar en manos del zar de las basuras William Vélez, quien fuera el único proponente en la fallida licitación.
Como si de lo que se tratara fuera de ganar una “pelea”, el alcalde Rafael Martínez, pareciera haberla ganado de primera mano al propinarle un verdadero golpe en la “yugular” a los concejales de la Mayoría, al anunciar en rueda de prensa, el finiquito de la concesión del Alumbrado Público y asumir el manejo del servicio por intermedio de la ESSMAR-ESP.
El alumbrado público en la actualidad se encuentra a cargo de la concesionaria Interelectrica-Colombia Concesión Alumbrado Público, a la cual el próximo 31 de diciembre se le vence el contrato, lo que abrió la posibilidad de entregarle el “negocio” a otra compañía, para lo cual se abrió una convocatoria pública a la que los organismos de control le echaron el ojo y finalmente fracasó con la presentación de un solo proponente.
Lo atractivo del “negocio” provocó una serie de comentarios suspicaces, generados por el proyecto de facultades presentado por el alcalde a consideración del Concejo, con el fin de que se le otorgaran la facultades para abrir la licitación y contratar la nueva empresa que resultara escogida del concurso público. Se presentó al Concejo, por parte del alcalde, un proyecto estimado en la suma de 80 mil millones de pesos al año para un período de 20 años de prestación del servicio, lo que despertó el interés de inversionistas cuestionados y de supuestos tratos por debajo de la mesa, que según los rumores, involucraban al ex alcalde Caicedo y a personajes poderosos de la ciudad de Barranquilla.
Los mismos rumores hablaban de concejales queriendo sacar tajada de ese contrato, de ofrecimiento de gruesas sumas de dinero y de intentos de “voltear” concejales de la mayoría opositora para lograr la aprobación del proyecto de autorización al alcalde Martínez para la contratación del servicio.
Tan alto fue el nivel de irregularidades y de posibles actos de corrupción, que los organismos de control como la Procuraduría y el propio jefe del Ministerio Público Fernando Carrillo, le pidió al alcalde la suspensión de la licitación por las presuntas irregularidades halladas en dicho proceso.
Todo esa telaraña de actos confusos alrededor del “gran negoción” del alumbrado público habrían llevado al alcalde Martínez, al parecer bajo la tutela de su mentor político, a cambiarle las regla de juego a los concejales opositores, tras convencerse que no podía lograr cambiar la mayoría de los concejales a su favor y, pensó entonces, haberse inventado la mejor formula tanto para prescindir de los concejales como para evadir los organismos de control, y entonces sí poder manejar libremente la contratación del alumbrado público.
El anuncio del Alcalde
La que para el alcalde pareciera ser su más ‘inteligente’ decisión, es haber dispuesto dar por terminado el contrato para la fecha de su vencimiento con la concesionaria, o sea, el próximo 31 de diciembre, y dejar el servicio a manos de la ESSMAR-ESP, empresa distrital a cargo de la cual se encuentra en la actualidad el manejo del servicios públicos de aseo y la interventoría de otros servicios como, el agua potable y alcantarillado, estos últimos entregados para su operación y comercialización a la empresa Veolia.
Lo que el alcalde tal vez nunca pensó, es que su decisión sacara a la luz suspicaces “entramados” que algunos concejales y conocedores del tema han logrado vislumbrar, como el haberse ‘inventado’ el alcalde el asumir a través de la ESSMAR el Alumbrado Público, una vía fácil y expedita para poder supuestamente contratar ahora sí, de manera directa, la prestación del servicio con el zar del aseo William Vélez, quien tiene sus vínculos con la empresa distrital a través de Interaseo y quien fuera el primer interesado en asumir el negocio.
Como se recordará, Vélez fue el único proponente en la fallida licitación que abrió el Distrito para escoger la concesionaria del Alumbrado Público y que aparentemente la Procuraduría supuestamente derrotó al hallar irregularidades en el proceso.
