El atraco, los asesinatos y el hurto, pan de cada día en la ciudad del “Cambio”

Por: Lina María Peña

Una ola de asesinatos es lo que viene padeciendo la ciudad de Santa Marta en los últimos días, sin embargo a pesar de lo peligroso de la situación el Alcalde Rafael Martínez no se le ha visto la vehemencia con la que se expresaba de esta problemática cuando fungió como Alcalde encargado Andres Rugeles.

En tiempos de Rugeles, el Alcalde Martínez señalaba que los homicidios hacían presencia en la ciudad porque no se encontraba en el poder y que bajo su mandato esta situación no se presentaba, pero hoy despues de tener dos meses asumiendo la titularidad del cargo toda esa supuesta experiencia para afrontar la criminalidad parece habersele olvidado.

En apenas 5 días se han presentado 4 homicidios no esclarecidos y sin ningún tipo de resultado, atracos por doquier, y lo que poco o nada se había visto en Santa Marta, atracos o asaltos a los bancos de la ciudad.

Ante esta situación los samarios se encuentran en una especie de batalla campal por el estado de inseguridad que se vive, no hay forma de sentirse seguro en ningún punto de la ciudad. Algunos se preguntan para que sirvieron los casi tres mil millones de pesos que se dieron en contratos a su gran amigo y defensor de oficio, Leon Valencia.

Según, dentro de los contratos de la fundación de leon Valencia, se exigía la identificación de puntos calientes en la ciudad, es decir los lugares con más índice de probable inseguridad, no obstante con los recientes hechos criminales acaecidos en las últimas hora y en los últimos días, estos puntos se podrían encontrar en todos los barrios de la ciudad sin distingo de estrato social.

La ciudadanía se encuentra azotada y con pánico colectivo, pues ni en la terrazas donde comúnmente el samario descansa se siente seguro, pero el Alcalde Rafael Martínez aún no da asomo de respuesta efectiva y solo se espera que se vuelva a repetir los famosos consejos de seguridad para hablar de lo mismo de siempre sin que hayan resultados visibles para el ciudadano de a pie.

Solo falta que el Alcalde Rafael Martínez, le diga a la ciudad que estos hechos son culpa de factores sociales externos, pero nunca porque haya dejado hacer las cosas correctamente para “salvaguardar” los intereses colectivos de la ciudad.

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