Edilson Palacio, el contralor ideal para los corruptos

Por: Vanessa Milena Bermúdez-@Labermúdez

El viacrucis de la elección 

La elección de Edilson Miguel Palacio Castañeda fue sin duda todo un novelón que terminó de la manera más conveniente para quien desea gobernar sin la presión de un ente de control encima.

“Compitió” en una terna contra dos inhabilitados como lo fueron Miguel Tejeda y Ana María Medina, ambos descartados por haber contratado con la contraloría y la personería distritales respectivamente, dentro del año inmediatamente anterior a la elección.

Al final terminó Edilson terminó electo con 18 votos favorables la noche del miércoles 14 de junio de 2017 y desde entonces la  penumbra ha marcado su desempeño, puesto que por su cuenta nada han conocido los samarios acerca del manejo de los recursos públicos en la Alcaldía “del cambio”, pese a que desde otras entidades del Estado y desde la prensa libre se han destapado múltiples ollas de presunta corrupción administrativa.

Amigos del “cambio”

Pero este resultado era esperable, si se tiene en cuenta que Edilson Miguel Palacio Castañeda, tiene una relación de más de una década con el ex alcalde Carlos Caicedo, quien es su líder político y por ende con el suspendido alcalde Rafael Alejandro Martínez, quien pertenece al mismo grupo.

En efecto, Palacio acompañó a Caicedo desde su primer año de mandato, como Director Administrativo de la Casa de Justicia y también como Jefe de la Oficina Asesora Jurídica, ambos cargos de libre nombramiento y remoción del Alcalde; es decir, de dirección, confianza y manejo.

Posteriormente Edilson pasó a gozar de un contrato de prestación de servicios profesionales en el ente gestor del Sistema Estratégico de Transporte Público-SETP, cuando era gerenciado por Virna Jhonson.

Con todo ese record de cargos y puestos durante el “gobierno del cambio”,  genera suspicacia que los hallazgos fiscales con incidencias disciplinarias o penales en la alcaldía sean el resultado de auditorías realizadas en controles excepcionales de la Contraloría General de la República y no de auditorías lideradas por el Contralor distrital.  El foco de atención de Palacio siempre estuvo en la E.S.E Alejandro Próspero Reverend y eso lo mantuvo lo suficientemente ocupado como para no mirar la Alcaldía central.

Todo tiene una explicación

A poco más de un mes de haberse posesionado, ya Palacio se quejaba ante la prensa local por la falta de recursos para cumplir sus funciones eficientemente. Afirmó carecer de herramientas y de presupuesto para contratar expertos en diferentes áreas profesionales, que puedan desarrollar las  auditorías que le corresponden a la entidad y señaló que el distrito adeudaba a la contraloría en ese entonces $486 millones, de lo que por ley debe girarle para el funcionamiento de la entidad.

Resulta que gracias al diseño audaz de los legisladores colombianos,  la Contraloría distrital necesita que la Alcaldía le gire el 2,7% de sus ingresos corrientes de libre destinación más inflación anual, para que pueda funcionar con “independencia”. Así las cosas, es entendible que la “Auditoría Regular con enfoque Integral” que se debe hacer a la Alcaldía, no haya dado mayores frutos de impacto en los últimos años. Pero pues,   ¿quién puede hacer algo si no tiene presupuesto, personal y herramientas?

Así las cosas,  debido a que por lo establecido en la ley el período de Edilson Palacio terminará el 31 de diciembre, todo apunta a que pasará por la entidad con mucha pena y poca gloria, como el contralor que calló mientras desde la Fiscalía, la Contraloría General y la Procuraduría estallaban escándalos de corrupción que involucraron a su jefe político y al Alcalde cuya gestión debió auscultar, velando por  la transparencia en la ejecución de los recursos de todos los contribuyentes.

Haga clic para comentar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Subir