Aja ¿y los órganos de control qué?

Hace algunos días circularon en varios medios de comunicación unos audios donde según algunas versiones  corresponden a  las voces de Carlos Caicedo ex alcalde de la ciudad de Santa Marta y Rafael Martínez actual alcalde.

En dichos audios no solo se podría hablar de la manera como el alcalde de esta ciudad pone al servicio de sus intereses políticos y particulares al ex alcalde Caicedo hoy candidato a la Gobernación del Magdalena, sino que además se estaría hablando de la configuración de varios delitos.

Dentro de los delitos en los que estaría involucrado el alcalde Martínez son:

Constreñimiento ya que según se escucha en los audios presuntamente Martínez estaría recibiendo órdenes de Caicedo para que obligue a sus funcionarios y contratistas a votar por dichos candidatos que se presumen serían Patricia Caicedo y el actual senador Antonio Sanguino.

Y se configuraría constreñimiento porque si escuchamos con atención el ex alcalde hace referencia a los entonces secretarios y contratistas del gabinete de Martínez que se deduce correspondían al anterior año 2018 en épocas electorales para senado y cámara.

Por otro lado nos encontramos con el presunto delito de Peculado por parte del señor Rafael Martínez, quien entonces según los audios, estaría disponiendo de las arcas del distrito para favorecer a particulares, en este caso a su jefe político Carlos Caicedo.

Sin embargo con todo el contenido que tienen estos audios que todo el país escuchó, sobre como disponen una alcaldía  de un distrito para fines  políticos, aún no se conoce reacción alguna de ningún órgano de control.

Si bien es cierto los presuntos  implicados han pedido que se investigue de donde provienen y como salieron a la luz estos audios, pero lo que verdaderamente es importante es la gravedad de esta conversación, que no se puede pasar por alto y por todo lo contrario se deben conocer las acciones pertinentes por parte de la Procuraduría general de la Nación y la Fiscalía en materia de investigación al señor Rafael Martínez y Carlos Caicedo.

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