A “reventar”, así se encuentran las playas de Santa Marta con la llegada de la temporada alta de turismo, por lo que se estima por parte del gremio que agrupa la industria sin chimenea, un 90% de ocupación hotelera.
Miles de turistas llegaron a despedir el año 2017 atraídos por los diferentes sitios de la ciudad, donde se destacan principalmente las playas de El Rodadero, Playa Blanca, Taganga y Parque Nacional Natural Tayrona.
Pero muy a pesar del éxito con el cual inició la temporada alta de turismo, aparece la informalidad ganando la batalla. La presencia de vendedores de comida en cajas de icopor o de bebidas embriagantes en la zona de playa, fue lo que predominó en el día de ayer en el principal balneario de Colombia: El Rodadero.
Según Omar García Silva, presidente ejecutivo de Cotelco capítulo Magdalena, aunque han llegado grupos importantes de turistas a esta capital se espera que durante esta semana arribe una alta afluencia teniendo en cuenta la celebración de Reyes Magos, considerado el puente festivo que más dinamiza la hotelería y el turismo.
“Durante todo el año hemos realizado un trabajo de promoción y estamos seguros que miles de visitantes llegarán a disfrutar de esta ciudad. Muchos colombianos no pudieron salir del país por el tema económico y gracias a las rutas turísticas que impulsó el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo esperamos una masiva presencia en Santa Marta”, indicó.
LLENO TOTAL EN LAS PLAYAS
Iván Calderón recordó que existe un decreto de playas donde se establece un horario de cierre, el cual a veces no es comprendido por pocos prestadores de servicios que amparados en la violación a la norma vigente pretenden convertir la playa en una cantina a cielo abierto. ‘‘Si queremos una vitrina turística organizada y cotizada que atraiga a más visitantes de categoría, entre todos debemos rechazar la práctica de actividades ilegales que deterioran no solo la imagen sino que alejan al turismo por el insistente acoso de ciertos vendedores’’, recalcó.
En la zona de playa debe procurarse garantizar el descanso pleno, goce absoluto del mar y todo el paisaje, no hay lógica que exista un mercado persa donde inclusive se exponga a los turistas ofreciendo chuzos o mazorcas en un anafe encendido al carbón.
