La verdad tras  la valla de la ignominia

Por: Vanessa Milena Bermúdez-@LaBermúdez

Solo un día duró la valla de la foto de una reunión del Alcalde ( e) Andrés Rugeles con la gobernadora Rosa Cotes y la bancada de parlamentarios del Magdalena, pero el revuelo que causó en la opinión pública fue enorme. La reunión tuvo lugar el pasado 26 de abril y ya el 30 apareció la valla con la frase “¿Usted qué cree que están negociando?” y el logo del grupo Fuerza Ciudadana.

Claramente la intención de quien pagó por la ubicación del anuncio fue dejar la impresión de que allí se fraguaba algo indebido, pese a que la reunión se hizo casi de “puertas abiertas”, tanto así que se informó a la opinión pública de su propósito y resultados.

Y ello se debe a que Rugeles tiene una mentalidad abierta al trabajo en equipo, que le permite entender que las grandes soluciones a las problemáticas de Santa Marta no se materializarán si no se propicia la sinergia interinstitucional.

Pero mucha malicia envolvió el encuentro y en la ola de comentarios que se dejaron correr en redes sociales se llegó a señalar y casi que a satanizar a uno de los establecimientos de comercio más tradicionales y apreciados por los samarios: La Contra.

Por la ubicación de la valla, en el imaginario colectivo quedó la idea de que el anuncio había sido facilitado por los propietarios de la herboristería, droguería y boticaria; sin embargo, ElArtículo.co pudo establecer que el espacio publicitario se encuentra arrendado a una firma llamada VAOS Publicidad y Medios, a la que intentamos contactar, pero fue imposible que respondieran.

En efecto, Fernando Varela Cepeda representante legal de INVERSIONES VAOS S.A.S., firmó un contrato de arrendamiento con la señora Enírida Pineda Martínez, para el “uso y goce del siguiente espacio de su bien inmueble (AZOTEA), especificado de la siguiente forma: la creación de una VALLA PUBLICITARIA CONVENCIONAL EN LA AZOTEA.”

Según pudo establecer este medio, en el acuerdo verbal sobre el arrendamiento del espacio para la ubicación de la valla, la propietaria del inmueble siempre fue enfática en exigir que su uso fuera comercial y no político y que las lonas se subieran en horarios de oficina.

La valla de Fuerza Ciudadana a todas luces tiene un contenido político y adicionalmente, habría sido instalada en horas de la noche, contraviniendo lo acordado verbalmente por las partes.

La fuente consultada insistió en que La Contra fuera deslindada de la controversia y la polarización política que actualmente se vive en la ciudad, sobre todo porque lo que la herboristería representa para la sociedad samaria.

Casi 60 años acompañando a los samarios

La Contra abrió sus puertas desde 1960 y tomó su nombre porque su fundador, don Alonso Pineda, decía que él vendía medicina “contra” todo.  Inicialmente era un expendio de abarrotes y plantas que con el correr de los años dejó de lado la venta de alimentos, para especializarse en plantas medicinales.

Su primera ubicación estuvo en la antigua Galería del Mercado y ahí fue destruida por un incendio que arrasó con todo, menos con la determinación de don Alonso, quien con mucho esfuerzo logró levantar el negocio de nuevo, pero reinventándolo. Esta vez sumó a la venta de plantas medicinales, la medicina alopática y algunos químicos.

Más adelante dejó de vender la medicina farmacéutica y decidió que vendería plantas y químicos. Para la época aún no se conocía la medicina natural como ahora.

Con el pasar de los años y la acogida de los samarios La Contra fue creciendo y se mudó a la carrera 11 con calle 11, en el mismo sector del mercado público, sede ampliamente recordada por los samarios de antaño que eran atendidos por don Alonso, apreciado en la ciudad por sus vastos conocimientos y su vocación de ayudar a la gente.

Ya en 1994 se abrió el punto conocido como la “ye” del mercado, que goza de una ubicación estratégica en la ciudad por las rutas de transporte público urbano que pasan por ahí, así como la gran afluencia de público que se acerca a la plaza, razón más que suficiente para que fuera apetecida por quienes salieron en falso con su despropósito politiquero.

Al final, La Contra sigue y habrá contra para rato.

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