Investigadores de la Universidad del Magdalena crearon dulces de carnes de res, cerdo, pollo y pescado

Dentro de los proyectos creativos e innovadores que ha desarrollado la Universidad del Magdalena, uno de los más recientes son los caramelos hechos a base de pollo, res, cerdo y pescado.

Los caramelos fueron creados en la Planta Piloto Pesquera de Taganga, de la Universidad, bajo un proceso denominado “obtención de caramelos de base proteica por osmosis inversa”, cumpliendo con los requisitos mínimos de higiene, inocuidad y calidad, manteniendo la política institucional de proteger las técnicas de procesos y normas de calidad que justifiquen su reputación alimenticia comercial por conducto de una patente.

 Luego de superar la verificación del cumplimiento de los requisitos previstos en las disposiciones legales vigentes, bajo la Resolución No. 46882, la Universidad del Magdalena recibió por parte de la Superintendencia de Industria y Comercio – SIC la patente de invención con la creación titulada “Proceso para obtener caramelos de base proteica de carne de pescado, res, cerdo o pollo y caramelo de base proteica así obtenido”.

Con un aporte de proteína entre 12 % y 18 %, estos caramelos cárnicos poseen dos presentaciones, una es con cubierta de chocolate masa glasé negro (caramelos cárnicos con cobertura), y a otra parte a la que no se le aplica ningún tipo de cobertura (caramelos cárnicos sin cobertura).

En el 2015, un grupo de docentes de Unimagdalena decidieron ‘jugársela’ toda por ese proyecto que promete un fortalecimiento del sector productivo del departamento y ofrecerles a los niños, jóvenes y comunidad magdalenense en general, alimentos deliciosos pero a la vez saludables.

El equipo fue conformado por el ingeniero especialista Eduardo Cabrera Durán, el ingeniero magíster Álvaro Espeleta Maya, el ingeniero especialista Omar José Carreño Montoya, la ingeniera Ruby Corvacho Narváez, el doctor Víctor Márquez Zaldúa y el químico magíster Armando Lacera Rúa (Q.E.P.D), con el apoyo de la Vicerrectoría de Investigación y la Dirección de Transferencia de Conocimiento y Propiedad Intelectual.

Cabrera manifestó, “viendo que había que buscar una forma de llegar a los niños o adolescentes que estaban consumiendo muchos dulces con colorantes y azúcares que no tenían ningún grado nutricional, optamos por hacer un producto de tipo confitería que llegara al acceso de los niños y tuviera un alto contenido proteico de carbohidratos y vitaminas”.

Sobre la experiencia, la ingeniera Ruby Corvacho, miembro del equipo de inventores, destacó “la oportunidad que hemos tenido todos de lo que hemos aprendido, los conocimientos adquiridos durante años y el poder verlo en el trabajo realizado nos ha llenado de mucha confianza, en saber que podemos seguir trabajando sabiendo que podemos llevarlo a obtener productos de buena calidad y que se puedan aprovechar en la parte alimentaria”.

El ingeniero Omar Carreño, destacó el acompañamiento de la Alma Mater en todo el proceso para lograr patentar esta invención. “El apoyo de la Universidad fue con las instalaciones, la experticia de cada uno de los profesionales al servicio del Programa de Ingeniería Pesquera, nos colaboró con un grupo de abogados quienes hicieron el proceso de la patente y hubo un apoyo en términos económicos, con el que nos ayudaron en el proceso de desarrollo de estos productos”, dijo.

Además, resaltó los buenos resultados del trabajo en equipo con el que lograron este objetivo, “fue un trabajo en conjunto desde su inicio hasta el fin, si algo tendríamos que valorar es el gran aporte de nuestro gran maestro, hoy día ausente, el doctor Armando Lacera Rúa”.

Luego de la obtención de la patente son muchas las expectativas que se tienen con el caramelo de base proteica, “queremos hacerle una promoción muy grande porque no es fácil que una persona entienda exactamente de qué hablamos cuando le ofrecemos un caramelo de pescado, cerdo, pollo o carne de res, no es un concepto fácilmente asimilable el revolver dulce con carne, sin embargo, eso fue lo que logramos hacer”, indicó Espeleta.

En un país como Colombia, donde la mayoría de habitantes no tiene una alimentación saludable, la Universidad del Magdalena busca con este producto lograr que niños, adolescente y adultos, mantengan una vida saludable, y que tengan conocimiento de cómo consumir alimentos no solo por llenarse sino con la cantidad de proteínas, carbohidratos, grasa y minerales que se necesitan.

“Si yo me alimento bien y mi entorno es bueno, así tenga el gen del cáncer, difícilmente se va a disparar, pero si yo me alimento mal, lo más seguro es que ese gen se dispare”, añadió Cabrera.

Espeleta y Márquez, ven esta invención patentada como un aporte al Proceso de Autoevaluación con Fines de Renovación de Acreditación Institucional de Alta Calidad de Unimagdalena, y el proceso de renovación de Acreditación del Programa de Ingeniería Pesquera, permitiendo que la Universidad suba de nivel en lo que a características especiales de evaluación se refiere.

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