II Simposio Conectividad Ecológica, como herramienta para la conservación de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos

El simposio dio inicio el 29 de julio y finalizará 14 de agosto de 2020.

Habitantes del sector rural en el país vienen contribuyendo desde sus territorios a la conectividad entre los sistemas productivos, la cultura y la biodiversidad, garantizando su bienestar y seguridad alimentaria. Es así como se van tejiendo corredores de conectividad, por ejemplo, entre comunidades negras del Chocó Darién con sus propuestas de ecoturismo, pasando por los indígenas Embera en Urabá que realizan rutinariamente labores para la recuperación de bosques en la Serranía del Abibe, hasta las comunidades de pescadores y protectores del mangle en el golfo de Morrosquillo y los finqueros de los Montes de María que establecen corredores de conectividad entre sus reservas naturales y el Santuario de Flora y Fauna Los Colorados y las Reservas Forestales Protectoras de Perico y La Laguna.

Estas conexiones son respuestas comunitarias a la pérdida de hábitat y la fragmentación que han sido identificadas como las principales causas de pérdida de biodiversidad a nivel global. En Colombia, la transformación y alteración de ecosistemas naturales a unidades agrícolas no sostenibles ha modificado radicalmente la estructura y configuración del paisaje, y con ello, poniendo en riesgo la sostenibilidad en el largo plazo de bosques y áreas protegidas.

Estas dinámicas hacen urgente la implementación de iniciativas innovadoras que aseguren la conservación de ecosistemas y su conexión, a la vez que hagan compatible e integren el desarrollo económico y productivo con la enorme y rica biodiversidad del país. Para lograr esta conexión es clave considerar los valores y las prácticas culturales coherentes con la sostenibilidad territorial, así como fomentar la gobernanza de los recursos naturales y del paisaje, involucrando a los diferentes actores públicos y privados que juegan un papel clave en la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad.

Es por todo esto que la ruta imprescindible que debe asumir el país es reconectarse ecológica y culturalmente, tanto a nivel rural como urbano. Estar bien conectado implica que los paisajes terrestres y marinos se mantengan y mejoren, a través de corredores ecológicos y agroforestales, que además de conservar, sirvan para favorecer la seguridad alimentaria y el bienestar de las comunidades, de manera que se conviertan en estrategia de adaptación al cambio climático y la resiliencia territorial.

En Colombia se cuenta con avances muy interesantes en conectividad adaptada a distintas regiones del país, manejando diversos enfoques metodológicos y aplicaciones en relación a su uso para el manejo del paisaje. Actualmente avances de evaluación de la conectividad terrestres, marinos y dulciacuícolas han permitido evidenciar y valorar las problemáticas emergentes, así como las posibles soluciones. Muchas de estas experiencias fueron socializadas en el primer “Simposio de conectividad como herramienta para la conservación de la biodiversidad”, realizado en diciembre de 2018. Los objetivos de este simposio se centraron en el intercambio de conocimiento entre investigadores e interesados en el estudio de la conectividad de diferentes regiones y la identificación del estado actual y los desarrollos en las investigaciones de conectividad del país.

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