“Empresarios a ponerse la 10”

“Si los empresarios no entienden el papel que deben jugar hoy, liderando los grandes acuerdos nacionales para hacer al estado más eficiente con los pocos recursos que tenemos por cuenta la emergencia, y alejando al país de la polarización política, nos vamos a estancar, aún más”.  

Emiro J. Castro Meza.

Hace pocos días, Luis Alberto Moreno, presidente del BID, dijo que el estado de “inmensa polarización” que hay en Colombia retrasará el desarrollo del país, un dato realmente preocupante, que lastimosamente no es nuevo. Desde hace mucho tiempo, algunos hemos levantando la voz y alertado que ese estado de crispación es el mayor obstáculo para superar las brechas de inequidad, desempleo y competitividad; pero que, además, es una estrategia concertada que están ejecutando a cabalidad.

A esto debemos agregarle los inmensos daños a la economía mundial que ha generado la pandemia del COVID – 19, sobre todo en el aparato productivo del país. Esto se convierte en un llamado de alerta para hacer un alto en el camino, y procurar una nueva agenda basada en los mínimos o en los ya mal usados “acuerdos sobre lo fundamental”, entendiendo que estos ajustes no son sólo entre políticos, sino que, deben involucrar a todos, especialmente a los empresarios.

“Si nos vamos por un camino que divida más y anime más las propuestas populistas, nos vamos a enterrar más” – Luis Alberto Moreno

Si los grandes empresarios del país creen que las elecciones de 2022 se encausarán como lo han hecho siempre, apostándole a todos los candidatos y definiendo las contiendas alineando a los medios de comunicación tradicionales, están apuntando fuera del tiesto. El empresariado nacional debe, hoy más que nunca, meterse en la discusión política como un actor relevante, llamar al orden, entender que su actividad no se mueve sin la política, y ser partícipe para ayudarle al gobierno nacional a lograr consensos sobre los grandes avances que se están haciendo en materia de inversión, que además los involucran directamente.

El gobierno nacional está trabajando muy duro, aunque en silencio, por lograr grandes transformaciones en materia de empleo, conectividad y desarrollo social que pretenden beneficiar los empresarios nacionales. Estas apuestas las está haciendo abonando el camino para atraer inversión extranjera que genere empleo a gran escala, atendiendo a que es una fuente confiable y probada para superar crisis económicas en el país, como la de 1998.

Ejemplifiquemos este panorama que revela la necesidad de que los empresarios se vinculen a estas discusiones. Hace pocos días se aprobó un inmenso plan de conectividad nacional, que pretende en su primera fase, acceso universal a las TIC´s en 10,000 centros poblados rurales del país por más de 8 años consecutivos con una inversión de 2,8 billones de pesos, privilegiando a las escuelas y fortaleciendo los programas educativos técnicos, tecnológicos y universitarios, en tecnología e innovación. Además, una serie de políticas económicas y tributarias para las “mega inversiones”, que empleen a miles de colombianos e inviertan en desarrollo tecnológico.

El gobierno sigue apuntándole a agendas bien hechas y de largo plazo, pero se queda corto en la sinergia que debe generar alrededor de estos megaproyectos.

El presidente anunció que su apuesta como gobierno es convertir a Colombia en el “Silicon Valley” de América Latina. Como era de esperarse estalló el escándalo, y una propuesta válida, acertada y coherente, quedó relegada por la polarización, dejando al gobierno defendiendo su postura, y a los grandes empresarios, los capitales y los generadores de empleo, marginándose de la discusión de una apuesta que los beneficia a ellos y a todo el país generando miles de empleos. Así confirmamos una vez más lo dicho por el presidente del BID, si los empresarios no se meten a la discusión, será muy difícil salir de la crisis. 

Tal vez el gobierno ha pecado por idealista, demasiados técnicos y pocos políticos. En gobiernos anteriores, los equipos técnicos no tenían el protagonismo que tienen hoy, se dedicaban a crear políticas públicas, a diseñar estrategias, y a escribir la agenda de desarrollo del país y luego la entregaban a quienes debían vender esas ideas en la opinión pública y por supuesto, en el escenario político nacional y regional. Pero, hoy el escenario es distinto, como se diría popularmente “hay mucho cacique y poco indio”.

Son pocos los políticos autorizados en el gobierno para el relacionamiento con las fuerzas políticas, que marcan la parada en la inversión y por supuesto en la opinión, es un espacio relegado a pocas personas. Esto ha hecho que el gobierno se dedique a apagar incendios todos los días, a buscarle un interlocutor más poderoso a cada detractor que existe, minimizando el impacto de los logros y la gestión del presidente, sólo a discusiones políticas, que se salen de la línea y por supuesto de la agenda.

La política se hace con políticos, no con técnicos. Entender eso haría mas fácil el camino para el gobierno.

Esa soledad política del gobierno debe llenarse con el acompañamiento y respaldo de los empresarios, pues también se benefician de las grandes apuestas que hace este gobierno todos los días por recuperar puestos de trabajo, haciendo a Colombia más competitiva a partir de la inversión, la conectividad, la innovación y la educación para el trabajo. Si los empresarios no entienden el papel que deben jugar hoy, liderando los grandes acuerdos nacionales para hacer al estado más eficiente con los pocos recursos que tenemos por cuenta la emergencia, y alejando al país de la polarización política, nos vamos a estancar, aún más.

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