El caso Venezuela: Las Sanciones de Donald Trump

Por Diego Arrias

El mandatario de los EE UU Donald Trump ordenó el pasado 05 de agosto bloquear todos los activos de Venezuela dentro del sistema financiero norteamericano, además de prohibir a las empresas estadounidenses hacer negocios con Caracas e impedir la entrada de la cúpula del régimen venezolano a su territorio. La contundencia de la medida es de tal severidad que se considera la primera en 30 años que Washington aplica a un país occidental.

La última ofensiva gringa pretende romper cualquier vínculo comercial que tenga el régimen de Maduro con terceros, pero en especial con Rusia, India, Turquía y China, aunque esta última desde el 2017 ha cesado en los intercambios comerciales y solo se dedica a ofrecer un simbólico apoyo ideológico; ya que cualquier operación comercial implicaría el uso del dólar como moneda de transacción y en ese sentido aumenta la posibilidad de transitar el sistema financiero norteamericano. La advertencia es muy directa: o haces negocios con EE UU o con Venezuela.

Dentro de ese contexto ninguna multinacional se arriesgaría a negociar con el régimen de Maduro. Por otro lado, Venezuela depende en demasía de las importaciones para cubrir la demanda interna, principalmente en los sectores alimentos y medicinas, toda vez que su tragedia económica ha destruido todo el aparato industrial. La autarquía representa una quimera.

La historia ha dejado en evidencia la inutilidad de los bloqueos económicos, pero esa realidad consigue una explicación: Los regímenes autoritarios siempre encuentran el socio idóneo, que configuran una especie de fisura al bloqueo. Rusia en la Cuba castrista, China en Corea del Norte, la Argentina de Perón en la España de Franco, entre tantos ejemplos. En el caso de Venezuela, Maduro se aferra al auxilio de Rusia, quienes buscan desafiar el papel de Estados Unidos en el tablero global, utilizando a Venezuela para lograrlo. La apuesta estadounidense va dirigida a sacar a Rusia del asunto venezolano, y para disuadirlos a tomar esa vía, la cual garantizaría el éxito del bloqueo y la consecuente salida de Maduro del poder; congelar los activos de Citgo Petroleum es una estrategia fundamental, en razón de que esta empresa, propiedad de Venezuela en territorio gringo, representa el principal aval para el pago de la deuda con Rusia, estimada en 80 mil millones de dólares.

A todas estas, la reacción de Maduro al Bloqueo impuesto por la administración Trump ha desnudado delante de la opinión pública el carácter mitómano de su régimen. Utiliza su aparato propagandístico para pregonar hasta la saciedad ser un gobierno promotor de la “Paz”, como valor humano, y por tanto el dialogo político, de acuerdo a sus voceros, es un instrumento necesario para alcanzar la anhelada y muy preconizada “convivencia pacífica”; sin embargo como reacción al bloqueo norteamericano Maduro ordenó a sus acólitos abandonar el dialogo con la oposición, promovido por Noruega, argumentando la siempre perorata anti-imperialista y tirando al traste toda su presunta búsqueda de la Paz.
La verdadera intención política del régimen, cuando desarrollan un supuesto dialogo con la oposición, siempre ha sido ganar tiempo para desacreditarla y a su vez desanimar al electorado opositor. Aunado a estas razones, en esta oportunidad el régimen consciente de que el líder de la oposición Juan Guaidó es también Jefe de la Asamblea Nacional, la cual todos los años debe renovar su jefatura, buscaba paralelo al dialogo comprar favores en algunos diputados de la oposición para conseguir el próximo año sacar de la Presidencia de la Asamblea Nacional a Guaidó. Lamentablemente para los intereses de Maduro los gringos previeron la jugada y decidieron dar un paso al frente con las sanciones fulminando el dialogo que tanto afectaba la imagen de Juan Guaidó.

Ahora, se espera que como respuesta del régimen al bloqueo ordenado por Trump, Maduro regrese de nuevo a la represión política, persiguiendo judicialmente a los diputados de oposición y al entorno del Presidente interino Juan Guaidó; detenida un poco últimamente en virtud del impacto causado a la debilitada imagen del régimen por el demoledor informe sobre las violaciones de derechos humanos suscrito por Michelle Bachelet, alta comisionada de la ONU para los derechos humanos.

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