Bienvenido el 2018

Ya llega enero y estrenando el año, rostros alegres de esperanza sueñan… tal como dice la canción de Jacinto Leonardi Vega, interpretada por los Hermanos Zuleta, el 2018 lleva a la mayoría de samarios casi obligadamente a echar una mirada sobre sus vidas, la individual y la del conjunto de la humanidad, mirada que se vuelve retrospectiva por una parte y de proyección hacia el futuro por la otra.

Pero lo más hermoso que tenemos es imaginar este futuro, pintarlo con los colores de nuestros sueños y esperanzas, confiar en que el tiempo, con su andar, traerá acontecimientos mejores en todos los sentidos. Pero por mucho que lancemos esos deseos hacia adelante, el futuro está teñido de aquello que ya hemos vivido, de las experiencias recogidas, de escasos y luminosos momentos de felicidad, y muchos de miedo y angustia.

¿Cómo soñar con un año mejor, más positivo, si diariamente debemos soportar docenas de noticias que nos sumergen en la tristeza, la desesperación o, peor aún, en la indiferencia para no sufrir?

Por ejemplo, Santa Marta culmina el año con escándalos en la política, desde el gobierno local en el que la presunta corrupción deja a un Alcalde suspendido y un ex alcalde investigado por presuntos asesinatos del pasado. La seguridad en la escala más baja, incluos catalogando a la capital de Magdalena, una de las más peligrosas.

Asimismo, el éxodo de ciudadanos venezolanos, los cuales según Migración son más de 16 mil; que incrementa la informalidad que en las calles se confunde con la ocupación que asegura el Dane, estar en un buen balance para Santa Marta.

Son esas las novedades caen sobre nosotros como avalanchas hábilmente disfrazadas por personas inteligentes o interesadas en disimular la verdad; y en ciertos casos ya no se emplea máscara alguna, sino que se plantan las realidades en toda su crudeza. En todos los sitios del mundo hay alguna herida abierta, problemas que soliviantan las voluntades; sociedades enteras que decaen en medio de la miseria o de la opulencia, y seres individuales que se sienten impotentes para contener esta marcha de las cosas, y, mucho más, para ponerles remedio.

Por eso es hora de recibir las dificultades como algo inherente a la existencia. Es hora de volverse sólidos, dignos y felices, aun en medio de los problemas, porque es la mejor manera de salir de ellos. Saber y ver con claridad, nos ayudará a no esperar del nuevo año dádivas regaladas, y nos permitirá obtener auténticos dones, convirtiéndonos en magos prodigiosos del destino de todos y de cada uno.

Feliz año 2018 para todos…

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