Así funcionaría la tecnología adyuvante para vacunas contra el COVID-19

El agente adyuvante que refuerza la respuesta inmunitaria del cuerpo humano podría hacer la diferencia en la producción de más dosis de vacunas, un aspecto crucial en una pandemia.

Esta semana, GSK anunció una alianza con Medicago para desarrollar una nueva vacuna con adyuvante candidata para prevenir el COVID-19.

Para proteger la salud de las personas, en este momento apremia el desarrollo de una vacuna para el SARS-CoV2, pero también es clave generar acceso y mantener las coberturas de inmunización de otras enfermedades para las cuales ya existen vacunas.

En medio de la pandemia actual de COVID-19, GSK entregó una donación de 20.000 dosis de vacunas contra la influenza al Ministerio de Salud para ayudar a proteger a los Profesionales de la Salud en Colombia contra otras enfermedades respiratorias.

Ante la aparición de un microorganismo, desarrollar una vacuna que genere inmunidad frente a la infección es uno de los objetivos principales, pues la historia ha demostrado que vacunar a la población es una de las prácticas más costo-efectivas y que mejores resultados en salud pública genera. De hecho, su poder de salvar vidas es semejante al del agua potable.

Sin embargo, este no es un proceso fácil. El desarrollo de la mayoría de las vacunas tarda muchos años, pues debe cumplir varias etapas de pruebas y autorizaciones por parte de las autoridades sanitarias, y finalmente debe asegurarse el acceso de las poblaciones a las mismas. Por ello, el rápido avance en el desarrollo de una vacuna contra el SARS-CoV2, el virus que produce COVID-19, es un hito para la investigación y la medicina. Más de seis meses después de que el virus se identificara por primera vez en China, ya existen 18 vacunas candidatas en pruebas clínicas.

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