¿Tu hijo es muy sensible?

Dejarse afectar por el mundo exterior hasta el punto de revelar sentimientos profundos hacia algo que se ve, se escucha o se vive es una conducta de muchos niños de esta generación.
Desde temprana edad, el pequeño puede revelar que los acontecimientos cotidianos no los asume con indiferencia, sino todo lo contrario, manifiesta una intensa carga emocional.
Según la psicóloga María Elena López se trata de un rasgo de la personalidad con el que se nace, pero que se expresa de manera particular dependiendo de muchos aspectos como la relación con los padres, el lugar en la familia y las experiencias de socialización.

¿CÓMO IDENTIFICAR SI SU HIJO ES SENSIBLE?

1. Experimenta las emociones con profundidad y perseverancia y más intensamente que los demás.
2. Responden con mayor sensibilidad de lo esperado a lo que le dicen.
3. Se siente muy afectado si lo ofenden o tiene una vivencia negativa.
4. Es afectuoso, goza con el contacto personal y el cariño físico
5. Disfruta con las pequeñas cosas, pero también se siente triste con facilidad.
6. Agranda con su imaginación los eventos que ocurren.
7. Expresa valores de generosidad, nobleza, agradecimiento y lealtad.
8. Puede ser indeciso. Pasa de un estado de animo a otro
9. Revela inseguridad y ante cualquier error siente que fracasa.
10. Se emociona con la música. Es creativo, intuitivo y artístico.
11. Sus sentidos son agudos, y por eso tiene especial habilidad para ver, oír, oler y saborear.
12. Es receptivo a las expresiones de la cara, a la mirada. Se sintoniza con las emociones de las otras personas.

¿ES DEBILIDAD?

No son pocos los padres que piensan que esa sensibilidad les puede afectar su vida futura y hacerlos adultos emocionalmente débiles.
Para la experta lo más aconsejable es que los padres indaguen sobre lo que origina esas reacciones y evalúen si son comportamientos aprendidos de ellos o si detrás hay un evento asociado.
Poco a poco los papás deben ir ayudándole a modular sus propias emociones para que las sepa canalizar y no se conviertan en sufrimiento, frustración y pesimismo. “Se trata de ayudarle a tener frente al peligro una actitud más tranquila y más activa. A poner estas experiencias en una perspectiva más realista y equilibrada”

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