Trastornos de nutrición en Colombia, un enemigo silencioso

“Los malos hábitos alimentarios de los escolares y la falta de regulación son, en conjunto, una bomba de tiempo frente a la cual resulta inaplazable tomar medidas concretas” Cesar Burgos, Asociación Colombiana de Sociedades Científicas.

Por: Vanessa Milena Bermúdez-Twitter VanessaMilenaB3

La Encuesta Nacional de Salud Escolar (Ense) y la de Tabaquismo en Jóvenes 2018 realizadas por el Ministerio de Salud y la Universidad del Valle dejaron al descubierto gravísimas fallas en las políticas de salud orientadas a niños y adolescentes.

Los resultados de las encuestas son tan preocupantes que expertos pediatras consultados por este medio coinciden en afirmar que de no tomarse los correctivos necesarios inmediatamente las poblaciones infantil y adolescente desarrollarían graves enfermedades con impactos sociales y hasta económicos incuantificables para Colombia.

Según la encuenta Ense, el 90% de los escolares de entre 13 y 17 años no consumen frutas y verduras en las cantidades recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo que, ubica a esta población en la ruta más directa hacia los desequilibrios metabólicos y la obesidad, con los riesgos que estos acarrean.

Pero la situación tiende a empeorar debido a que el 75% de los niños tienen las gaseosas como bebidas principales y 8 de cada 10 consumen fritos, paquetes y comidas rápidas como parte de su dieta diaria, en un abierto desvío de los patrones alimentarios que exige el sobrepeso creciente en la infancia.

Para César Burgos, presidente de la Asociación Colombiana de Sociedades Científicas, la Ense demuestra malos hábitos alimentarios que parecen afianzarse, así como la carencia de programas específicos de promoción de la salud y prevención de la enfermedad destinados no solo a los escolares sino a la niñez en general. “No hay duda de que el modelo actual de salud, equivocadamente centrado en la atención de la enfermedad, le está cobrando un precio muy alto a la sociedad con la exposición de los jóvenes a riesgos que pueden evitarse”.

Aunque algunas autoridades de salud y educación reaccionaron a las cifras de la Ense con asombro, lo cierto es que esos resultados reflejan una realidad marcada por un exceso de peso en menores de 5 años que pasó del 4,9 % en el 2005 al 6,3 % en el 2015. De hecho, uno de cada cinco adolescentes ya está afectado por este problema.

 

 

 

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