La escalada de violencia en la ciudad aumenta la preocupación por la seguridad.
La tranquilidad de un día festivo se vio abruptamente interrumpida en Santa Marta ayer 7 de agosto, cuando una serie de ataques violentos dejó un saldo de dos personas muertas y dos gravemente heridas. La ciudad vivió una jornada marcada por el terror, con cuatro atentados en diferentes sectores en menos de 24 horas, evidenciando la alarmante situación de seguridad que se vive en la capital del Magdalena.
El primer caso se reportó en el barrio Pescaíto, donde Jaír Pinedo fue atacado a tiros al menos cinco veces. A pesar de los intentos por salvar su vida, Pinedo sucumbió a las heridas antes de poder recibir atención médica. Este ataque, que sucedió a plena luz del día, sembró el miedo en la comunidad local.
Casi simultáneamente, en el barrio Cantilito, otro hombre identificado como Eduardo José García fue víctima de un intento de homicidio. Sicarios lo sorprendieron y, en un desesperado intento por salvar su vida, García se lanzó al río cercano. Aunque logró escapar, resultó herido y fue trasladado a un centro asistencial para recibir tratamiento.
La violencia no cesó al caer la noche. A las 8:40 p.m., un tercer atentado cobró la vida de Brayan Salcedo Quintana, un joven de 18 años que trabajaba como peluquero en el corregimiento de Bonda. Salcedo se encontraba fuera de una tienda en el barrio Cartagena cuando fue atacado por hombres armados que le dispararon en múltiples ocasiones. Su cuerpo quedó tendido en una vía destapada, mientras las autoridades realizaban el levantamiento del cadáver.
El último episodio de esta trágica jornada ocurrió alrededor de las 10:00 p.m., entre los barrios 17 de Diciembre y María Cristina. Cristian Mejía, conocido como “Pomelo”, fue atacado en otro hecho sicarial, resultando gravemente herido. Mejía fue trasladado de urgencia a un centro de salud, donde permanece bajo atención médica intensiva.
Estos hechos de violencia reflejan la preocupante situación de inseguridad en Santa Marta y subrayan la necesidad de una respuesta contundente por parte de las autoridades para restaurar la paz y la seguridad en la región.
