#SábadodeSaludEA: Beneficios de la marihuana en tu cuerpo y tu cerebro

Como muchas otras drogas, la marihuana contiene sustancias que se parecen a nuestros neurotransmisores naturales.

¿Has oído hablar del subidón del corredor? Es el estado de euforia que se produce al hacer ejercicio. Las famosas endorfinas que se segregan con el deporte producen una mayor resistencia al dolor y una sensación de relajación, pero la euforia y el bienestar vienen en realidad de otra droga cerebral: la anandamida, un endocanabinoide. Para entendernos, marihuana que fabrica tu propio cerebro.

Como muchas otras drogas, la marihuana contiene sustancias que se parecen a nuestros neurotransmisores naturales. En este caso se trata del tetrahidrocannabinol o THC, que tiene el mismo efecto en nuestro cerebro que la anandamida: a corto plazo, sensación de bienestar y amplificación de las sensaciones placenteras, elevación del umbral de dolor, y también cierta interferencia con la formación de recuerdos y con las funciones motoras.

Pero además la marihuana contiene otra sustancia llamada canabidiol o CBD, que cuando llega al cerebro hace aumentar los niveles de otro neurotransmisor endógeno llamado 2-AG, que se ocupa de la regulación del apetito (de ahí el hambre que dan los porros), y mucho más importante, el sistema inmunitario y la regulación del dolor. El THC es psicotrópico, y es la parte del cannabis que te proporciona los efectos “recreativos”. El CBD no produce estos efectos, pero sí afecta las funciones del cerebro y a la salud en general, en muchos casos de forma beneficiosa.

Así que nos encontramos con una planta que contiene principios activos que encienden y apagan interruptores químicos en el cerebro imitando a nuestros propios neurotransmisores. La mala noticia es que esta planta es ilegal. La buena noticia es que cada vez está más cerca el momento en el que su uso se normalice para el tratamiento de muchas enfermedades.

Alivia la ansiedad, o no

El uso de la marihuana con moderación induce sensaciones de relajación, pero a partir de determinada dosis, en lugar de rebajar la ansiedad, la produce. Es la triste experiencia de quien se haya comido ese pastelito de cannabis y se ha sentido estupendamente al principio, pero a medida que continuaba la digestión y aumentaban los niveles de THC en sangre, se encontraron viviendo una pesadilla de nervios y retortijones (el autor de este artículo lo sabe porque se lo ha contado un amigo). La dosis perfecta para tener efectos relajantes depende de las personas y de su tolerancia a la droga, y varía entre los 7,5 y los 12,5 miligramos de THC.

Tratamiento del dolor crónico

Tras revisar multitud de estudios, el informe de la National Academy of Science en EEUU llegó a la conclusión de que el tratamiento del dolor crónico era el uso principal del cannabis, y el motivo por el que muchas personas lo consumían por indicación médica. Estos efectos dependen tanto del THC como del CBD. También es efectiva contra los espasmos musculares, por ejemplo del diafragma, que no responden a otros medicamentos.

Posible tratamiento del glaucoma

El glaucoma es una enfermedad en la que aumenta la presión en el interior del ojo, dañando al nervio óptico y con riesgo de pérdida de visión. Ya desde los años 70 existen estudios que prueban que el uso de marihuana alivia la presión intraocular durante varias horas, y se puede emplear para el tratamiento a corto plazo del glaucoma. El tratamiento tiene los efectos secundarios del uso de la marihuana, y no es mejor ni peor que otros medicamentos en el mercado, así que se está desarrollando un tratamiento más duradero y menos invasivo a partir de la planta.

No afecta a la capacidad pulmonar en cantidades moderadas

Es de sobra conocido que fumar tabaco siempre reduce la capacidad pulmonar, pero parece que la marihuana no lo hace, a no ser que se mezcle con tabaco, claro. En un estudio de la universidad de Los Ángeles se comprobó que a niveles bajos de consumo, la marihuana parecía aumentar la capacidad pulmonar. Por supuesto, al fumar cantidades similares, disminuía.

Tratamiento para la epilepsia

El canabidiol o CBD, el componente no psicotrópico de la marihuana, puede ayudar a controlar los ataques epilépticos en niños y adolescentes, según un estudio publicado por The Lancet. Esto también coincide con observaciones de pacientes que utilizaban cannabis por su cuenta para mejorar los síntomas, y con menos efectos secundarios.

Puede frenar el desarrollo del cáncer y aliviar los efectos de la quimioterapia

El mismo componente CBD puede frenar el desarrollo del cáncer de mama según el estudio de la universidad de San Francisco. Otros estudios con ratones han comprobado que el THC también frena el crecimiento de los tumores, y otro más reciente, combinando CBD y THC, comprobó que sumándolo a la radiaoterapia se conseguía un tratamiento más efectivo parar el desarrollo del glioma, el tumor cerebral más común. Sin embargo, estos resultados aún no han sido replicados en humanos.

Los pacientes de cáncer tratados con quimioterapia sufren nauseas, vómitos y pérdida de apetito. Varios estudios han comprobado que el fumar marihuana o usar fármacos basados en THC pueden aliviar estos síntomas.

Tratamiento para el Alzheimer, Parkinson y la esclerosis múltiple

El cannabis, y más concretamente fumar marihuana, tiene efectos beneficiosos sobre enfermedades neurodegenerativas. El THC frena el desarrollo de las placas amiloides que se forman en el cerebro de los pacientes que sufren de Alzheimer, y por tanto frenar la enfermedad. La mezcla de CBD y THC también puede ayudar a conservar la memoria y el dronabinol, otro canabinoide, puede aminorar los trastornos del comportamiento de los enfermos de Alzheimer. Los pacientes de esclerosis múltiple que fumaron marihuana también vieron cómo se reducían sus espasmos musculares y el dolor, y en el caso del Parkinson, también sirvió para reducir los temblores y el dolor en un estudio de la universidad de Tel Aviv.

Tratamiento del estrés postraumático y la esquizofrenia

En EEUU el síndrome de estrés postraumático es el motivo más usado para recetar marihuana a los pacientes. El estudio con veteranos indica que reduce los sentimientos de miedo y ansiedad. La marihuana también reduce las pesadillas en estos pacientes ya que perturba los ciclos de sueño donde se producen. Otros estudios indican que el CBD alivia los ataques de los pacientes diagnosticados con esquizofrenia.

¿Dónde están los riesgos?

Como cualquier sustancia, incluyendo el agua y la sal común, el cannabis tiene riesgos, pero puede que no sean los que piensas. Al parecer la marihuana afecta negativamente a la concentración y a la memoria, pero los estudios han encontrado que estos efectos no son permanentes y desaparecen cuando se deja de tomar. Sin embargo, los efectos pueden llegar a ser duraderos si se comienza a consumir marihuana en la adolescencia. En un estudio se vio que las capacidades cognitivas de los sujetos que habían empezado a fumar más jóvenes se habían visto afectadas, pero no así para quienes empezaron a fumar como adultos. Esto no es necesariamente a causa de la droga, sino de los factores ambientales asociados.

La marihuana tampoco parece ser particularmente adictiva. Para empezar, la adicción es un problema psicológico que no depende necesariamente de la sustancia, sino de la carencia emocional que la sustancia está supliendo. Según las estadísticas, el 9% de las personas que fuman marihuana se vuelven adictas, comparadas con el 32% de quienes fuman tabaco o el 20% de los que esnifan cocaína. Sin embargo, el porcentaje de adicción se duplica para quienes empiezan a fumar en la adolescencia. Es en esta edad donde se producen los mayores riesgos de deficiencias cognitivas y menor rendimiento académico, de ahí la importancia de regular su uso.

Por último, está el método de administración. Fumar plantas envueltas en papel es la forma más nociva y poco efectiva de administrar cualquier sustancia. Si necesitas nicotina, meterte 52 cancerígenos conocidos en los pulmones resultantes del humo y los aditivos es un pasaporte para ponerse muy enfermo. Lo mismo ocurre con el cannabis, especialmente si se mezcla con tabaco. La vaporización o incluso comer marihuana son formas mucho más saludables, todo esto mientras llegan fármacos regulados que proporcionen los principios activos de forma dosificada y segura.

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