Periodista y líder social, exiliados por el gobierno de izquierda en el Magdalena

Dos importantes personajes de la vida pública de Santa Marta y el Magdalena, debieron abandonar su lugar de residencia ante las amenazas y continuos ataques recibidos por parte de contratistas de los gobiernos locales.

En la capital del Magdalena se vive una calamitosa situación en materia de democracia, libertad de expresión y seguridad. En las últimas semanas la periodista Lina María Peña Peña y el reconocido profesor y líder social Lerber Dimas, debieron abandonar la ciudad ante la creciente ola de amenazas e intimidaciones por parte de seguidores, contratistas y funcionarios tanto de la gobernación del Magdalena como de la Alcaldía de Santa Marta.

En el caso de la periodista Lina María Peña Peña, luego de recibir una amenaza en la que le entregaban un término de 48 hora para que abandonara el país junto con su familia, se sumaron una serie de montajes que denigran la condición humana de la mujer y que buscan intimidar el trabajo periodístico que ha destapado graves escándalos de corrupción que comprometen al exguerrillero Carlos Caicedo y su hijo político Rafael Martínez. Dichas situaciones fueron puestas en conocimiento de las autoridades ante la gravedad de los hechos.

Recientemente, el señor Carlos Caicedo mientras entregaba unas declaraciones sobre el mal llamado fondo de gratuidad para la educación superior, se refirió expresamente a las publicaciones que en materia de investigación periodística viene adelantando la comunicadora Lina María Peña Peña. En sus comentarios, descalificó el trabajo de la periodista y señaló que su actuar iba encaminado a responder y que se equivocaban aquellos que hablaban de él. Curiosamente, la estratega que contrató el señor Carlos Caicedo, entregó un informe para cobrar sus honorarios en el que referenció el intento de acercamiento con la periodista Lina María Peña Peña, con el agravante que la identificó como miembro de los sectores de la oposición. Posterior a estos hechos fue cuando se presentaron las amenazas de muerte.

Por otro lado, se ha puesto en conocimiento la forma criminal y estratégica de como se vienen creando cientos de cuentas falsas de data reciente, que han iniciado un ataque indiscriminado en contra del trabajo periodístico que hace Peña Peña. La articulación de funcionarios, contratistas a través de éstas cuentas o “bots”, quedaron en evidencia ante los reiterados mensajes que son replicados para consolidar la estrategia de desprestigio.

Respecto a la situación del antropólogo y líder social Lerber Dimas, no parece estar distante de lo que ocurre con el periodismo local.

La ola de criminalidad y el aumento de grupos al margen de la ley, han sido denunciados por Dimas. Las investigaciones del antropólogo, demuestran como en los últimos años las autoridades han sido complacientes frente al avance de reductos criminales en la margen de la Sierra Nevada de Santa Marta. Ni siquiera, los estudios y alertas tempranas por la propia Defensoría del Pueblo, fueron suficientes para que las autoridades Distrital tomaran cartas en el asunto, lo que conllevó a que se presentaran las muertes de varios líderes sociales como Maritza Quiroz y Alejandro llinás, en la troncal del caribe.

La muerte de Llinás, puso el ojo visor de Lerber Dimas para lograr poner en la palestra pública todas sus investigaciones sobre la criminalidad en la región. Pero sobre todo, la forma en como la misma gobernación del Magdalena, desechó los reiterados llamados para que se le cuidara la vida al líder social Alejandro Llinás.

Los comentarios expresados por Lerber Dimas, fueron tan serios que se logró mostrar como el reinsertado y exparamilitar Alias “pinocho”, en una entrevista manifestó que hizo campaña política en favor de las candidaturas afines a Carlos Caicedo a cambio de lograr ayudas para la gente que vive en la margen de la troncal del caribe (guachaca, buritica, entre otros).

La visibilidad que le dio Lerber Dimas, a los grupos como los pachencas, autodefensas gaitanistas, las del caribe e incluso el Cartel de Sinaloa, fue la gota que rebasó la copa, sobre todo porque mientras las criminalidad avanzaba, las autoridades distritales se hacían los de oídos sordos en una clara actuación complaciente.

Ahora, quiénes han dado la cara frente a la corrupción y la criminalidad, debieron salir de la ciudad ante posibles atentados en contra de sus vidas, añadiendo a todo lo anterior que ni la Alcaldesa Virna Johnson ni el Gobernador Carlos Caicedo han salido a rechazar los actos de intimidación en contra de estas personas, sino todo lo contrario, permiten que sus seguidores y contratistas descalifiquen las acciones denunciadas.

Las autoridades no solo deberán investigar las posibles amenazas, sino la macabra estrategia organizada para desprestigiar y atacar la honra y la moral de quienes de manera crítica muestran una realidad que se acuña cada día en Santa Marta y el Magdalena.

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