Perdí el año escolar por no tener internet

Por: Manuel Torres Lopera                             Twitter: @matorres38

La brecha digital puede ser definida en términos de la desigualdad de posibilidades que existen para acceder a la información, al conocimiento y la educación mediante las nuevas tecnologías. ¿Qué se puede hacer desde el mundo educativo para combatirla? Algunas medidas que se pueden adoptar se situarían en torno a los siguientes aspectos: superar la mera concepción de implantación de infraestructuras, presencialidad, incorporar tecnologías apropiadas y flexibles, no sólo centrarnos en el hardware sino también en el software, formación del profesorado, potenciar la investigación, favorecer el acercamiento entre el mundo educativo y de la industria, y potenciar la participación de la sociedad civil.

Con la pandemia sacó a relucir la profunda brecha digital que existe en la región y en otras partes del mundo según la UNESCO  hay unos 826 millones de alumnos que carecen de acceso a internet eso es la mitad de la población escolar a nivel global. Pero detrás de este fenómeno existen debilidades estructurales aún más profundas.

La corrupción en el sector educativo es evidente y la permisividad que se le ha dado, la desviación de dineros para mejoramientos de instalaciones, salones de informática no adecuados, realmente no se le brinda al gremio de profesores la intensidad en programas de capacitación con respecto a la tecnología y conectividad para que lo transmitan al alumnado.

El reto de los centros educativos para acercar la brecha, el profesorado y las familias mantienen, por lo general, un contacto fluido a través de los diferentes canales de comunicación previamente existentes, tener un computador en casa es casi un privilegio, el alumnado mayoritariamente se conectará a través del móvil de los padres o del ordenador.

Algunas familias manifiestan su descontento diciendo que ellos no son profesores  y que no podemos pretender que sigan el ritmo habitual, además que ellos trabajan, la brecha no es solamente digital. En una situación excepcional de emergencia como lo actual, en la que las escuelas todavía permanecen cerradas, deben existir planes sólidos encaminados a garantizar la continuidad del aprendizaje, incluyendo medidas para la educación a distancia y el acceso a servicios esenciales para todos los niños, niñas y adolescentes. 

Las familias más vulnerables tienen un acceso casi universal a la televisión y al teléfono móvil, por eso las iniciativas puestas en marcha a través de estos canales llegan prácticamente a toda la población. Sin embargo se ven mucho más limitadas en el caso de los computadores y tabletas, a pesar de que estos son dispositivos más adecuados para el estudio que el propio móvil. Según los expertos este acceso desigual a dispositivos digitales redunda en que uno de cada cinco niños de los hogares menos aventajados no tenga acceso a un computador en el que poder hacer los deberes.

En una familia que la integra dos o más hermanos es complicado en la asistencia de las clases virtuales por la obvia razón de que cuentan con un solo celular, los gobiernos deben crear políticas públicas en adaptar a la educación con lo que exige el mundo de la tecnología y la conectividad, hay que discutir sobre el abaratamiento del precio para acceder al internet, la entrega gratuita de computadores, tabletas lleguen a alcanzar a los niños que se encuentran en condiciones vulnerables.

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