La Gobernación del Magdalena inició un proceso de compra de elementos para mitigar el impacto del Covid-19, una situación apenas normal en tiempos de la pandemia. Sin embargo, la noticia que corrió como pólvora en las redes sociales hizo que varios cibernautas le pusieran atención especial a la forma coincidente de los elementos que se entregan en el Magdalena y el vecino país de Venezuela.
En la dictadura comunista que rige la otrora potencia económica y petrolera, toda acción gubernamental debe ser exaltada con culto al líder o al modelo de gobierno imperante, es decir, cualquier elemento entregado debe insertar el mensaje que todo es gracias a un partido a unas personas en especial pero nunca en razón a los impuestos que son pagados por los propios ciudadanos.
La línea anterior parece ser la aplicada desde hace una década en Santa Marta y en los últimos meses en el Departamento del Magdalena. El culto al líder y al modelo de gobierno se denota desde el “cambio” de colores del mismo escudo del Departamento aunque de manera subrepticia y en la forma en como quiénes reciben ayudas deben tener claro que las mismas son entregadas por una persona y no por una política pública para atender una emergencia. La situación aunque podría ser “tonta”, la realidad es que no es así y el trasfondo del asunto sería llevar pequeños gajos de ayudas gubernamentales para hacer sentir presencia caudillista y partidista con la finalidad de mantener embelesada a las poblaciones con necesidades estructurales y de fondo.
La prueba de lo anterior se basa en que la entrega de elementos de aseo que hace el régimen comunista de Venezuela a la gente, debe estar etiquetada con leyendas e imágenes que realzan el culto al líder y a las políticas comunistas, situación que en Santa Marta ya se implantó pero que con la llegada del nuevo gobierno al Magdalena se está inyectando la misma práctica subliminal.
La ciudadanía en general goza de atención y ayudas por parte de la administración pública gracias al sostenimiento que se hace vía impuestos, por tanto éste tipo de prácticas políticas desdibujan la responsabilidad y seriedad que deben asumir los mandatarios y funcionarios públicos al momento impartir directrices que demandan la atención prioritaria de las comunidades.
