Las empanadas del Cambio con el Coliseo de Gaira

El increíble el sentido de pertenencia que tienen los habitantes del sector de Gaira con los escenarios de esparcimiento que se encuentran en esa zona y a la vez tan lamentable el modo de operar de la actual administración que le entrega a la comunidad, obras maquilladas como el anhelado Coliseo de Gaira, que no aguantó la llovizna del día de ayer 15 de agosto.

El Coliseo de Gaira, que recientemente fue entregado por la administración distrital, aparentemente en perfectas condiciones, sufrió las consecuencias de un trabajo mal elaborado, sin planificación, sin materiales de calidad, sin la mínima idea de como garantizar la seguridad de la comunidad que a diario visita este centro deportivo, dejando entrever una vez más, los sobrecostos de una obra que fue entregada como la Alcaldía quiso.

A través de un video realizado por una de las personas que encontraba en el Coliseo, se logró captar como se filtraba el agua por el techo, poniendo en riesgo el material con el que construyeron el piso del mismo, solo una lluvia de menos de una hora, claramente suave, en comparación con las fuertes lluvias que se han registrado en la ciudad, sirvió como prueba de fuego NO SUPERADA, en donde los allí presentes, le exigieron al Gobierno Distrital más respeto con los habitantes del sector y un escenario más resistente, con los materiales adecuados para su excelente funcionamiento.

En el video también se evidencia la buena voluntad de los habitantes que, con escobas y recipientes, intentaban acaparar la cantidad de agua que se encontraba en el interior del Coliseo, siendo conscientes de que el maderamen que tiene el piso, puede verse afectado, al estar expuesto mucho tiempo al contacto con el agua.

Ahora los gaireros piden explicaciones a la Alcaldía y exigen la pronta solución a esta problemática que vive y seguirá viviendo de no ser atendido, este “Nuevo Centro Deportivo” que intrega de algún modo a la comunidad y que según, se encontraba en perfecto estado para ser inaugurado.

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