El primer ministro iraquí, Haider al Abadi, hizo ejecutar a 13 yihadistas condenados a muerte y publicó por primera vez las fotos de los ahorcamientos para apaciguar la cólera de una población conmocionada por el asesinato de ocho civiles por el grupo Estado Islámico
Los iraquíes, acostumbrados al horror desde hace años, pensaban que después del anuncio de Abadi, en diciembre, de la victoria sobre el grupo EI, la organización extremista iba a dejar de hacer daño, pero su nuevo acto los ha sumido otra vez en las pesadillas del pasado.
Así, el jefe de gobierno ordenó el jueves, como represalia, la ejecución “inmediata” de centenares de yihadistas condenados a muerte, entre ellos mujeres y extranjeros.
En un comunicado, su oficina especificó que 12 yihadistas con sentencia firme fueron ejecutados el jueves. Luego el ministro de Justicia precisó que fueron ejecutados 13 condenados a muerte.
“Estos ejecutados habían sido condenados en conformidad con la ley antiterrorista. Participaron en operaciones armadas con grupos terroristas, en secuestros, atentados o asesinatos de civiles”, indicó el Ministerio de Justicia.