Redacción: Camila Mendoza
La familia y la ciudadanía de Sincelejo le dieron el último adiós a Esteban Rafael Urueta González, joven ganadero asesinado junto a sus dos trabajadores en un atroz crimen. La comunidad, entre lágrimas, acompañó su sepelio, mientras la justicia sigue en búsqueda de respuestas.
Con el corazón destrozado y lágrimas que no cesaban, la comunidad de Sincelejo se reunió para despedir al joven ganadero Esteban Rafael Urueta González, quien fue brutalmente asesinado junto a sus trabajadores en un crimen que ha sacudido a todo el departamento de Sucre. Las exequias, realizadas ayer martes 17 de septiembre, fueron un conmovedor acto de amor y respeto por un hombre que deja atrás a su esposa y dos pequeños hijos, además de una familia devastada por el dolor.
Urueta González, de 31 años, fue hallado en una fosa común en el corregimiento de Carolina, en Chimá, Córdoba, el pasado 13 de septiembre, junto a sus dos empleados Fredy Beleño y Gerardo Marzola. El hecho ha sido descrito por las autoridades como un acto de crueldad extrema, lo que ha generado consternación y repudio entre la ciudadanía. El obispo de la Diócesis de Sincelejo, monseñor José Clavijo Méndez, presidió la eucaristía en la Catedral San Francisco de Asís, donde mostró su solidaridad con las familias afectadas y exigió justicia por estos crímenes.
Entre lágrimas y palabras entrecortadas, un cuñado del ganadero lo despidió con emotivas palabras que resonaron en la catedral: “Era un gran amigo, un hermano, un ejemplo para ser buena gente”. A pesar del dolor, las familias exigen respuestas y claman por un fin a la violencia que azota la región.
