El Rodadero, entre placeres y penas

Con alegría y tristeza se encuentran miles de turistas que visitan en este puente festivo de vacaciones el sector turístico de El Rodadero.

La emoción de estar en el mar y la playa, contrasta con el desorden y poca limpieza que se nota en el balneario, lo que ha generado malestar en muchos de los visitantes.

Fabiana Aguirre, turista de Bucaramanga, dice que estar en El Rodadero “es la mayor diversión que puede tener”, pues para ella “todo es chévere por la amabilidad, atención, comida y alegría” que se ve en el sector.

Sergio Quintero, que llega desde Medellín; regresa a El Rodadero para pasar este puente festivo y “gozarse sus vacaciones después de un año de labores duro”.

Mientras grandes y chicos gozan del sol, la arena y el mar, varios de los vendedores creen que esta temporada no ha sido “tan buena” pese a que ha arribado una cantidad importante de turistas.

“Quizás las restricciones de playa y los horarios no han afectado un poco, ha venido mucha gente, pero se compra poco para decir verdad”, agrega Salvador Jiménez.

“Hace unos 4 o 6 años solo en la mañana ya se había vendido mucho, casi 400.000 pesos, había que hacer dos viajes  de comida y no se daba abasto. Ahora solo tengo 25.000”, puntualizó.

LO BUENO Y LO MALO

Varios de los turistas ven como un paraíso llegar a las playas de Santa Marta y descansar. Otros no solo se quedan con El Rodadero y visitan varias durante los días de vacaciones como Taganga, Neguanje, Pozos Colorados y Bahía Concha.

“No es la primera vez que vengo, siempre lo prefiero porque considero que las playas son mejores que las de Cartagena, tranquilas pero con buen ambiente”, explicó Natalia Rojas.

Rojas, procedente de Bucaramanga como lo es Daniela Ramírez, tienen algo en común, se quejan por lo que consideran altos precios en varios servicios.

 

La mayor queja casi que unánime, las basuras en playas, el desorden de ventas, los malos olores y aguas negras en diferentes calles de El Rodadero.

“Lastimosamente encontramos este panorama, algo triste por los malos olores y sobre todo en esta época, fue un descuido fatal”, explicó Juan Quintero, turista caldense.

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