Redacción: Elartículo.co
Después de lo accidentado que ha sido proceso de elección de contralor general del Magdalena, la Duma departamental fijó un nuevo cronograma donde éste 4 de febrero por fin se conocerán los tres nombres de las personas que se han venido sometiendo a la convocatoria pública para la escogencia del jefe máximo del órgano de control fiscal en el Departamento.
La resolución que regula este procedimiento, nació como respuesta a que el juzgado primero penal del circuito de Santa Marta, no accediera a la pretensiones del Diputado Rafael Noya en razon a una acción tutelar que suspendió el cronograma, pero quién junto con un par de sus colegas han plagado de acciones constitucionales el procedimiento para frenar a cualquier costo que la llamadada Asamblea Independiente pueda elegir sin interferencias polítiqueras o de arrodillamiento, un contralor que responda a los verdaderos criterios del ejercicio y cuidado de los recursos públicos del pueblo magdalenense.
A pesar que la justicia en cinco oportunidades ha negado las pretensiones de lo que algunos llaman el grupo de los “tuteleros”, estos han manifestado su intención de seguir en la misma tónica dilatoria haciendo creer a la comunidad que las herramientas de ley pueden ser utilizadas para proteger sus derechos, no obstante, que el ya abultado y congestionado aparato judicial ha sido benevolente con sus acciones constitucionales, pero que ésta cuestionable actitud ya raya en un caso de temeridad judicial.
Ahora lo que les preocupa a muchos ciudadanos es que con cinco precedentes judiciales, alguna de éstas acciones llegue al tribunal de Santa Marta y resulte favorable a los Diputados amigos de Caicedo o gobiernistas, toda vez que en la ciudad es conocido como fue manejada la tutela interpuesta por Rafael Martínez (hijo político de Caicedo) para que regresara al cargo y que posteriormente la Corte Suprema de Justicia despachó negandole las pretensiones al exmandatario, hecho que fue cuestionado por la ciudadanía.
El balón sigue en el campo de juego y la lucha de poder entre los Diputados Independientes y los gobiernistas no parece tener fin y así podrían pasar los cuatro años, mientras el pueblo seguirá de espectador porque las diferencias políticas estarían imponiendo la agenda de tan importante corporación de elección popular.
