Los samarios vieron como la ciudad se inundó de una publicidad en favor del exalcalde Rafael Martínez, en la que se le daba gracias por haber sido su mandatario. La situación no deja de ser anecdótica, sobretodo porque que a los funcionarios públicos se les pagan sus sueldos producto de los impuestos de todos los ciudadanos y en razón de ello tienen la obligación de cumplir con sus funciones sin que para esto deba existir un agradecimiento.
Pero dejando de lado si el tema es de obligación o no al momento de cumplir con sus funciones, lo que sí desconcierta, es que mientras alguien pagaba o donaba la publicidad #graciasrafa que se extendió a los buses que hacen parte de la estrategia de movilidad del SETP, el exalcalde el último de gobierno firmó un decreto en el que realizó un alza en el precio del pasaje del transporte público.
Mientras la comunidad samaria se preparaba para recibir el año, el señor Rafael Martínez, le preparaba no la última cena a sus gobernados sino la última “clavada” a quienes utilizan los buses y busetas para transportarse a los diferentes destinos de la ciudad.
La última “clavada” fue la cereza que le dio Rafa Martinez a quienes confiaron en el como el redentor de los más pobres o necesitados en la ciudad de Santa Marta, solo que se le olvidó el pequeño detalle que la mayoría de quienes utilizan este medio de transporte masivo, son precisamente las personas con menos recursos y por esta razón seran los más golpeados con la alza en los precios de los pasajes.
La “clavada” entonces fue el pago de la publicidad en los buses y busetas de los empresarios del transporte, pues no se explica o aún no se conoce quien o quienes pagaron las vallas, los microperforados y avisos electrónicos en los buses del STU, que aún mantienen dicha publicidad para una persona que en la actualidad no tiene ninguna clase de vinculación con el Distrito de Santa Marta.
Los bolsillos de los samarios seguirán clavados, mientras que los empresarios del transporte, los mismos que apoyaron la continuidad del cambio son los que seguirán enriqueciéndose a costa de los más pobres.
¡Gracias Rafa!
