El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó este martes que aún planea trasladar la embajada estadounidense a Jerusalén, a pesar de las advertencias de líderes mundiales sobre los riesgos de provocar malestar en Medio Oriente y perjudicar los esfuerzos de paz entre israelíes y palestinos.
En medio de una ronda de diplomacia telefónica, Trump dijo al líder palestino Mahmud Abas y al rey jordano Abdalá II que el proyecto profundamente controversial, que conlleva el reconocimiento estadounidense de Jerusalén como capital de Israel, seguía en marcha, aunque crucialmente no fijó una fecha.
El estatuto de Jerusalén es un asunto clave en el conflicto palestino-israelí, y ambas partes reivindican la ciudad como su capital.
Las advertencias se multiplicaron este martes, entre otras la del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, quien señaló a Trump que el estatuto de Jerusalén es una “línea roja para los musulmanes” y amenazó con cortar los lazos diplomáticos de Turquía con Israel.