Diomedes Díaz, una leyenda forjada a puro pulso

Recuerdan sus amigos cercanos que por 1974, en la Junta (Guajira), cada vez que se organizaba una parranda vallenata se “colaba Diomedes”, quien no era invitado para evitar que “dañara la fiesta” con su estridente voz que le ganó el apelativo de “El Chivato”, por cuenta de otro amigo entrañable, el guacharaquero llamado “Piyayo”. “El Cacique” era consciente de su limitación vocal y el único objetivo que perseguía con tales “apariciones”, era promocionar las canciones que ya escribía y empezaban a gustar.

Desde tiempo atrás a esa fecha, Diomedes era protegido por su tío Martín Maestre, otro grande del acordeón y la composición vallenata. Tal parece que entre 1974 y 1975, Martín se entregó de lleno a la tarea de “pulir a su gallito” tanto en la creación de canciones como en el canto.Diomedes resultó tan buen alumno, que en breve Jorge Quiroz y Luciano Poveda le graban su primer tema: “La Negra”; razón por la cual se vincula a Radio Guatapurí en Valledupar como mensajero, pero con la real intención de impulsar la difusión de esa obra.

Pero lo mejor estaba por suceder. La amistad con Rafael Orozco a través de las competencias en las semanas culturales del Colegio Loperena (Valledupar) y luego los contactos que estableció con Emilio Oviedo dieron paso a su primer gran éxito musical: “Cariñito de mi vida”, el cual además lo bautizó con el célebre seudónimo de: “El Cacique de la Junta”.

Diomedes rápidamente se vinculó como auxiliar del grupo musical de Miguel López y Freddy Peralta. Estos le grabaron algunas canciones como “Dolor de Cabeza” y varias veces le dieron oportunidad para hacer cortas presentaciones como cantante. Miguel López solía llevárselo a las parrandas como voz líder. En una de esas reuniones vallenatas, con Miguel, recibió “su primera novilla” de regalo, en Fundación (Magdalena).

En 1976 Diomedes logra el tercer lugar de la Canción Inédita del Festival Vallenato con el Tema “Hijo Agradecido” y allí hizo contacto con Náfer Durán para grabar su primer LP. De esa producción se destacó el tema de su autoría: “El Chanchullito”. Poco después, Pablo López lo presenta a Gabriel Muñoz en casa de Tenis López de Canales, en La Paz (Cesar), donde se organizó una parranda para sellar la unión con Elberto “El Debe” López y su vinculación al sello CBS hoy Sony Music.

De allí en adelante, la historia es conocida por todos. Los éxitos se sucedieron de manera vertiginosa y ascendente en compañía del mismo “Debe” López, “Juancho” Rois, “Colacho” Mendoza, “El Cocha” Molina, de nuevo con “Juancho” Rois y luego con Iván Zuleta. Diomedes trabajó “duro y parejo” durante veintiún años para convertirse en el artista colombiano que más discos ha vendido en la historia con más de 13 millones de copias.

Su producción musical más vendida hasta ahora es “Titulo de Amor” y cada producción, generalmente se lanzó con cerca del medio millón de ejemplares. Su presencia era prenda de garantía para el éxito de cualquier concierto, de los cuales se decía que desde hace 14 años la gente no baila: ¡solo escuchan, aplauden y gritan! porque sin duda además de gran cantante, Diomedes es uno de los más grandes compositores colombianos. Basta con recordar temas como Bonita, Te necesito, mi muchacho y cientos de letras más.

Sin embargo, ser una indiscutible celebridad, también lo tuvo muy cerca de los inconvenientes que implica ser fuente constante de noticias. Sobre su nombre y la estela que fulgura detrás, se hicieron constantes comentarios negativos en la prensa. Varios factores incluyendo el exceso de trabajo, problemas en la administración de su empresa, o simplemente causas ajenas y no ajenas a su voluntad, conllevaron a tales situaciones.

Es innegable el magnetismo que tuvo Diomedes para cambiar en segundos la ira popular por la admiración. No obstante, “El Cacique de la Junta” parecía ser consciente de lo perecedero de ese privilegio que tenía sobre la voluntad de quienes le aclamaban y con suspicacia hablaba sobre las distintas situaciones que lo hacían protagonista de noticias negativas.

Pocos conocieron la realidad del mundo interior de Diomedes, un hombre que en tarima era capaz de llenar de éxtasis a miles de personas con sólo cantar una estrofa. Sus allegados aseguran que tras ese ser bullicioso, lleno de alegría se escondía un hombre callado, tímido y solitario, con dudas sobre qué decir o sobre cómo ver la vida.

Esta leyenda nació un domingo 26 de mayo de 1957, a las ocho de la mañana en la finca Carrizal, cerca de la Junta (Guajira) y aunque físicamente falleció, se inmortalizó en sus letras, en su canto y en sus frases que con mucho gusto dedicó a sus seguidores.

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