La considerada Joya de la corona estuvo a cargo del señor José Rodrigo Dajud, otrora enemigo del cambio pero que por presuntos acuerdos entre la súper servicios y la Alcaldía de Santa Marta decidieron dejarlo el cargo.
La Essmar, una empresa creada por fuerza ciudadana con la finalidad de solucionar la problemática del agua en la capital del Magdalena, se convirtió en un fortín burocrático y económico para ese movimiento político, al punto que se convirtió en una especie de caja menor para contratar con empresas de publicidad y generar múltiples empleos y ejecutar contratos de prestación de servicios a militantes políticos.
En la actualidad y de acuerdo con registros de prensa, la Essmar tiene un déficit fiscal por el orden de los 40 mil millones de pesos, producto del desorden administrativo y político que hay al interior de la empresa.
Lo que llama la atención de los millonarios recursos que maneja la Essmar, es que dichos recursos no han ido a parar a las verdaderas soluciones definitivas del desabastecimiento de agua que se agudizó con la administración del gobierno de Carlos Caicedo. En teoría, todos los dineros de inversión de la Essmar, debían ser destinados a la solución del agua, sin embargo la burocracia y las acciones como recolección de escombros y limpieza de lotes baldíos parecen ser más el objeto social de esta empresa.
Los samarios no conocen el proyecto definitivo para la ejecución del acueducto y alcantarillado de la ciudad, pero si conocen como una empresa recién creada tiene un dificit de 40 mil millones de pesos de los que no se conocen en donde o cómo fueron invertidos.
Mientras todo esto ocurre los samarios seguirán recibiendo agua de mala calidad y viendo cómo dilapidan en burocracia los recursos para solucionar una problemática agudizada en los últimos 10 años.
Por lo anterior, la Essmar se hace merecedor al justo sexto puesto como la peor empresa o personaje de la ciudad de Santa Marta.
