Seguridad

Por: Cristian Campo      Twitter: @criscamp35

Es lastimoso que el combatir la delincuencia y generar solidaridad entre la ciudadanía y las instituciones armadas legalmente regidas por la Constitución se vea en el departamento del Magdalena como incentivo a recordar la formación de grupos paramilitares.

Para nadie es un secreto que la gobernanza actual del departamento apadrinada por Gustavo Petro y su línea política  de tolerancia con la criminalidad  no resuelve en gran escala la violencia que hasta la fecha y lo que va corrido del año ha cobrado la vida de más de 54 personas según estadísticas de la policía nacional.


Es plausible las muy buenas intenciones del Gobierno local y departamental por tan positivos cambios sociales que dan tan confortable respiro a la ciudadanía en materia de transporte público,  cobertura de salud, inclusión  y empoderamiento de la mujer  y ahora la tan anhelada inversión en el área deportiva tal como lo muestran en sus redes sociales las instituciones departamentales y locales. Todo lo anteriormente escrito es de orgullo para los magdalenenses, pues hay una política al menos coherente con  el discurso del actual Gobernador Carlos Caicedo;  lo que si es cierto y preocupa a la gente de a pie es el no contar con una  policía incluso derrotada en inteligencia y cada vez menos represiva ante una criminalidad que como una avalancha se  ve venir.

En el caso de Santa Marta las medidas de prevención ante la creciente inseguridad necesita la integración entre ciudadanos e instituciones con toda la pedagogía del caso, pues el distanciamiento entre y unos y otros termina en una rivalidad sin más fundamento que las ideas politizadas que desencadenan en arrestos y tiempo perdido para los funcionarios públicos.

Es hora de no darle tregua a la moda delincuencial  de entregar el celular por la vida, la expansión  de la escopolamina , más atracos  al momento de retirar dinero en los cajeros, el robo de motocicletas, deshuesaderos  de carros,  o las acciones tan detestables e inescrupulosas del fleteo.


La comunidad samaria  merece una policía y ejército de la mano con esa área que es prohibida en la línea política que dirige Gustavo Petro;  el área de seguridad, los frentes ciudadanos, las líneas abiertas para la comunicación,  las recompensas (antes no después de que haya muertos), unas instituciones armadas más activas en inteligencia, la orden a migración para que tenga patrullas permanentes en el rodadero y Gaira, policías más agresivos en el momento de la sospecha, en pocas palabras, policías que no sean un turista más.

En este nuevo contrato social que se debe asumir con tan buenas intenciones es necesario reconocer la coacción y violencia legítima del Estado con todo el apoyo de sus mandatarios, esto si se quiere como principio de una continuidad política que ya tiene trazado el camino. Llevar de la mano las instituciones de seguridad con la ciudadanía aparte de identificar objetivos que no permiten el avance y la inversión social, despiertan el cuidado, la pertenencia, el amor por la región; la inversión, logrando también que el ciudadano distinga y respete muchas de las políticas públicas que están conformadas en buena parte por su propio bolsillo.

– Carlos Caicedo, “mijo” a los servidores públicos los elegimos para eso, para que sirvan no para hacerles venia por todo. La demagogia que utilizas como herramienta para el favor del pueblo es lo que toda gobernabilidad hace con sus asociados. “En tierra de ciegos, el tuerto es rey”.

-Mi Coronel Oscar Solarte, a Santa Marta se llega a trabajar, eso del turismo es para otros, lo de la amordazada y robo de fusiles a los dos uniformados deja mucho que desear; a y parte de  vergonzoso lo deja mal parado.

Subir