Por: Cristian Campo Revelo
Al director de “Matarife” Daniel Mendoza Leal, en aras de la tan anhelada democracia, le propongo que la segunda parte de “Matarife” la haga con la vida política del excombatiente del ELN y ahora gobernador del Magdalena Carlos Caicedo Omar. Creo que su creatividad no es una muestra de odio y por el contrario con esta clase de producciones se ilustra más al ciudadano respecto al entorno de sus líderes políticos.
A renglón seguido, la ventaja de esta historia es que cuenta con poca ficción; eso sí, es una historia bien perturbadora, macabra, llena de sangre y “paracos” así como le gusta a su distinguido público.
Puede empezar contando la mutación de guerrillero, a rector de la Unimagdalena sin titulación alguna y la decisión de un fiscal de derechos humanos en hacer responsable a Carlos Caicedo por la muerte de tres académicos por hacer el justo reclamo de esa situación. Se le va hacer agua la boca a usted señor director cuando encuentre dentro del proceso que adelanta la fiscalía que en el mandato del rector en ese tiempo Caicedo Omar le cedió casi todos los contratos y seguridad del alma mater a los paramilitares Hernán Giraldo y Jorge 40 comandantes de las ex movilizadas y grupo paramilitar Resistencia Tayrona (ya me imagino el guion), esto equivale a que sea considerado en igualdad de jerarquía a los comandantes paramilitares del Magdalena según la misma fiscalía.
Más interesante se pone la serie de este nuevo “matarife”, le pido conserve el titulo así: Matarife “Que tu izquierda no sepa lo que hace tu derecha”. Cuando dentro de los más de quince testimonios entre paracos y otros, con la determinación de la misma fiscalía lo señalan como determinador de la muerte del vicerrector Roque Morelli Zarate y a su vez el también alumno y enemigo de ideas Hugo Maduro Rodríguez, y esto con toda la crueldad del caso pues llevan estas dos muertes más de 18 años de impunidad (aquí le sale otra serie con toda la maquinaria corrupta judicial que maneja el país).
Contratos incluso a nombre de familiares de Hernán Giraldo dentro del alma mater a cambio de que no fuera asesinado por ser hombre excombatiente del ELN, a esto se le llama academia, fue toda una carrera de engaños, tanto para los magdalenenses, como para la izquierda y finalmente pues la tuvo más fácil con los “paracos” porque a estos no hay, sino que darles plata ya que de ideología nada.
La carrera de engaños del excombatiente del ELN lo ha llevado a escalar rápido en materia política y no lo ha hecho mal, pues a sus eternos enemigos políticos y como él llama terratenientes se los ha pasado por alto con las obras sociales que ha administrado y construido, hay que reconocerlo. Finalmente, y para no alargar más la idea de llevar este ejemplo a las series de televisión, es como, el engaño también montado llamado izquierda no ha sido sino otro engendro más patrocinado por el paramilitarismo colombiano. Y mucho ojo que este “matarife” es un alfil del tan anhelado mesías del pueblo colombiano Gustavo Petro.
De ahí para allá saque sus propias conclusiones. El toque de ficción y realidad se lo pone usted señor director.
