María Fernanda Cabal, presente en el Sexto Congreso Empresarial Colombiano

La Senadora  y también candidata a la presidencia de Colombia, le cumplió la cita a la invitación por parte de la ANDI,  empezando su intervención agradeció a Bruce Mac Master por hacerla participe de la asamblea general y en el sexto Congreso Empresarial  Colombiano, al mismo tiempo aprovechó para disculparse por el mal entendido surgido por esta invitación.


Cabal Molina expresó “no solo me honra, por tratarse de la organización gremial más importante del país, sino que me complace, pues estoy segura de “jugar en la misma cancha y para el mismo equipo”, el de la democracia liberal, el de la libre empresa, el del Estado menos intervencionista y más generador de condiciones, el de la seguridad como bien fundante y el de la necesidad de acometer las reformas que el país ha aplazado repetidamente, las mismas que han pasado de expectativa a reclamo y de reclamo a exigencia por parte de la sociedad, acicateada por quienes se aprovechan esa frustración acumulada para erigirse en salvadores, sin duda alguna el gran riesgo que asoma para la democracia colombiana de cara a las elecciones de 2022”.

Minutos después la senadora hizo un pequeño resumen sobre la historia de Colombia desde el año 1811, resaltando la guerra, la violencia, el narcotráfico, que según ella terminan siendo factores de ámbitos criminales.

Entre los temas que también tocó fue el avance y aplazamiento que ha tenido el país, “Este apretado resumen no pretende, en forma alguna, afirmar que, entre guerras y aplazamientos, el país no avanzó. Sí que lo hizo, en una demostración del coraje -que hoy llaman resiliencia- del pueblo colombiano. Es un avance sorprendente, en lo económico y en lo social inclusive, en medio de tan adversas circunstancias durante toda la vida republicana, aunque en lo político hayamos perdido la asignatura, por el desprestigio de la clase política, sumida en un lodazal de corrupción, frente a la urgencia de menos leyes, pero eficaces; de la mentira mediática como arma de lucha política en pro de intereses mezquinos; del olvido de la honrosa condición del “servidor público”.

Y en esa ausencia de la clase política, sumada a las maldiciones que no abandonan a Colombia, el “aplazamiento” del futuro siempre prometido es una frustración permanente para los colombianos, por demás peligrosa para la continuidad de la democracia.

Y es que la senadora Cabal, no deja pasar por alto que en Colombia se necesita nuevamente unos gobernantes el compromiso, la lealtad y la honestidad moral de sus gobernantes, asegurando también que eso es vital para la democracia la recuperación de la confianza ciudadana, pero la confianza, que se destruye de un plumazo, no se reconstruye sino con resultados y evidencias de cambio, y el cambio no se producirá sin un retorno a los valores fundacionales de la patria, que pueden resumirse en el lema de nuestro escudo: LIBERTAD Y ORDEN, que bien podrían ser invertidos, porque EL ORDEN es un medio, una condición o un camino, si se quiere, en tanto que LA LIBERTAD, en su sentido más amplio, es el resultado, el “deber ser”, la finalidad del gobernante y la aspiración del gobernado.   

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