Por: Redacción Elarticulo.co
La historia creciente de una estrella catapultada solo por el morbo y sensualidad de la hija de la profuga de la justicia Aida Marlano, parece hacer parte de una estrategia debidamente organizada para lograr la victimización de en un proceso judicial que tiene como objetivo, lograr demostrar como la exsenadora asaltaba la democracia con actos propios de una estructura criminal.
Así se puede resumir lo que ha sucedido en los últimos meses luego de la fuga de Aida Merlano. Pero para el común denominador la gente, ésta acción solo comparable con delincuentes altamente preparados, ha sido una historia más de burla a la justicia y lo más grave es que la hija de la exsenadora, ha pasado de ser una total extraña a trepadora del escenario público donde con poses de desnudez de “tetas” y cuerpo quieren hacer olvidar las accciones criminales que por años venían cometiendo su progenitora en contra de la voluntad pura y democrática no solo del pueblo Atlánticense sino de toda Colombia.
El accionar criminal en contra de la democracia cada que iniciaba en una elección, era el mismo libreto aprendido por sus padres en los barrios más populares de Barranquilla y con ello logró enrolarse con figuras políticas de la arenosa para luego ser beneficiaria de apoyos que le permitieran irrumpir como titular de una campaña política. Como es de todos sabido, Aida Merlano fue conocida como una tradicional mochilera que pasó de no tener dinero a ser una próspera empresaria de la política y para ello fue que “armó” la mal llamada casa blanca.
Ahora, su hija Aida Merlano Manzaneda, ha sido la punta de lanza de la estrategia de victimización, al punto que cada acción de su madre es justificada de una manera tal que ni siquiera el haberle encontrado un ajuar de joyas con valores astronómicos, está pasando de agache y todo porque unas “tetas” han podido desviar la atención hacia su otrora “padre” como responsable de lo que le sucede a su madre.
¿Padre hasta cuando económicamente me conviene?
Lo que está sucediendo es que mientras el empresario Julio Gerlein, apoyó a la exsenadora Aida Merlano, quizá por su belleza y su labia para conquistar corazones, era considerado el gran patriarca político y amoroso, pero cuando se deja al descubierto la acción criminal de Merlano de como utilizaba los apoyos económicos de Gerlein en la mal llamada “Casa Blanca” entonces apartarse de esos actos le está costando llevar la responsabilidad de las actuaciones de una senadora que para lograr una aceptación electoral utilizaba mecanismos corruptos para ganar curules.
El libreto de Merlano Manzaneda pareciera ser el mismo, que con su belleza y labia pretende conquistar corazones pero con la misión de tapar unas acciones criminales que hoy la justicia busca establecer quién es el verdadero responsable del asalto a la democracia en el Atlántico.
Mientras tanto llama la atención que para la joven de las “tetas soho” sus recuerdos solo le alcanzan para unas pocas cosas, pero como es que alguien que le brindó la mano al punto de considerarlo “padre” sea capaz de hacer algo que la perjudique, ¿acaso eso no lo recuerda la joven Aida?.
Merlano Manzaneda, más que la figura desnuda y espontánea que quiere mostrar al país, debería explicar como era su vida al lado de su “padre julio” si sintió temor de algo, si lo vio como un criminal, si en su mente lo tenía como una persona capaz de causar daño, porque lo que se conoce en la ciudad de Barranquilla es que los lujos y el aprecio de Gerlein a una de sus niñas consentidas era descomunal.
La justicia debe mirar este asunto con total contexto, buscando una identidad clara sobre quién desde los barrios populares con mochila en mano pasó de ser una desconocida a crear una empresa criminal de compra votos y del porqué ahora algunas personas quieren hablar de lo que era un secreto a voces para tratar de protegerse jurídicamente y alcanzar incluso réditos económicos.
