Continúa huelga de hambre de Jesús Santrich

Nos pidió que confiáramos en su determinación y en su inocencia”, contó Pablo Catatumbo este domingo, mientras salía del búnker de la Fiscalía, donde acababa de ver a su compañero Seuxis Hernández Solarte, más conocido como Jesús Santrich.

“No nos manifestó que quisiera morir, de ninguna manera, (pero) nos dijo que iba a continuar con esa huelga de hambre hasta las últimas consecuencias (…) Le dijimos que era necesario conservar la salud”.

El exjefe guerrillero agregó: “Estos procesos políticos son mediáticos, pero son los abogados y es en los tribunales donde deben definirse. Nosotros estamos dispuestos a enfrentar la situación que se venga”.

Santrich recibió ayer en su celda a Catatumbo, a Carlos Losada y a Victoria Sandino, quienes fueron, según lo manifestaron antes de ingresar a la sede central de la Fiscalía, a dejarle un mensaje de solidaridad y de apoyo. Pero, ayer, recibió también duros cuestionamientos de parte de los medios de comunicación, que revelaban más detalles de su captura y explicaban en detalle cómo quien habría sido su socio en un negocio de narcotráfico, Marlon Marín, terminó siendo al parecer un eje central en una red de corrupción que surgió persiguiendo los recursos para el posconflicto.

De Marín, se sabe ahora, existen horas y horas de grabaciones de llamadas telefónicas, con las cuales la Fiscalía cree que puede probar cómo él empezó a interferir en los procesos de contratos relacionados con recursos del posconflicto para quedarse con “tajadas”. Por ejemplo, en una de las llamadas habla con una mujer, a la cual le cuenta que modificó los requerimientos técnicos de un contrato de vivienda para aumentar su valor en un 10 %: se estructuró inicialmente por cerca de $20.000 millones y, con la participación de Marín, se habría incrementado a más de $22.000 millones.

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