Cancha de Bastidas en deterioro: líderes y entrenadores exigen intervención urgente

Redacción: Katia Vásquez
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La cancha del barrio Bastidas, en grave deterioro, afecta a niños y jóvenes que dependen del deporte para evitar caer en la vulnerabilidad. Líderes sociales y entrenadores piden a las autoridades una intervención inmediata y la construcción de una cancha multipropósito.

En el barrio Bastidas, un viejo campo de tierra resiste el paso del tiempo, pero no sin cicatrices. Sus arcos, precariamente sostenidos con cuerdas que los amarran a la oxidada malla que rodea la cancha, son testigos mudos del deterioro. Alrededor, la basura se acumula en montones, y cuando las lluvias caen, el terreno se convierte en un lodazal, impracticable para quienes buscan en el deporte un escape a la dura realidad.

“Es como si entrenáramos en un chiquero”, dice Samuel Altamar, entrenador de uno de los equipos de fútbol que usan la cancha. Las lluvias no solo interrumpen los entrenamientos, sino que obligan a los niños y jóvenes a jugar en un espacio que, lejos de ser el campo de sueños que muchos imaginan, es una trampa fangosa. “No tenemos otro lugar, es la única cancha del barrio, así que nos toca adaptarnos”, añade resignado.

Pero no solo es el clima el que agrede el terreno. Luigi Vargas, aspirante a la vicepresidencia del barrio, ha alzado su voz, haciendo un llamado urgente a las autoridades distritales para que intervengan. “El deporte es la salvación de muchos de estos niños y jóvenes que crecen en un entorno vulnerable. No podemos permitir que su única opción esté en estas condiciones”, expresa con preocupación. La necesidad de una cancha multipropósito es un clamor que no cesa. Hace algunos años, la cancha del barrio fue absorbida por la reconstrucción del colegio Rodrigo de Bastidas, dejando a la comunidad con este único espacio en condiciones deplorables.

Entre los llamados a la acción destaca Elder Castañeda, aspirante a la junta de acción comunal. Para él, el estado de la cancha no es solo una cuestión deportiva, sino social. “Un espacio digno puede alejarlos de las drogas, les da un propósito, una disciplina”, afirma. Castañeda hace un llamado tanto al sector público como al privado, buscando apoyo para mejorar las condiciones y lograr la creación de una cancha multipropósito que ofrezca a los niños y jóvenes del sector un lugar seguro y adecuado para practicar deporte.

Armando Carrillo, entrenador personal y estudiante de recreación y deporte, también alza su voz. “Es frustrante ver cómo pasa el tiempo y la cancha sigue siendo un simple tierrero. Necesitamos un espacio que permita la práctica de otros deportes”, dice con determinación, al mismo tiempo que insiste en que el Inred debe intervenir de inmediato.

A pesar del abandono, Bastidas ha sido cuna de jóvenes talentos que han alcanzado el fútbol profesional a nivel nacional e internacional. Juan José Vargas Glem, recuerda con amargura cómo las promesas de administraciones pasadas nunca se materializaron. “Es triste ver cómo, en más de una década, nada ha cambiado. Esta es la única cancha de toda la antigua comuna 5, y está en condiciones deplorables”, subraya, cuestionando la falta de inversión en un espacio que debería ser una prioridad para el desarrollo juvenil.

Y mientras la cancha se hunde en el barro, otro problema persiste: la falta de guayos. Entrenadores y líderes sociales de Bastidas han lanzado una campaña para recolectar zapatos adecuados para que los niños puedan jugar con seguridad. “Es una realidad dura. Estos chicos no solo juegan en una cancha en mal estado, sino que tampoco tienen los implementos necesarios”, añade Altamar, haciendo un llamado a la solidaridad.

En Bastidas, el deporte es mucho más que un juego. Es una herramienta de transformación, de esperanza. Pero mientras el terreno siga siendo un campo de barro y las promesas no se cumplan, la comunidad seguirá luchando para que sus jóvenes tengan el espacio que merecen.

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