Redacción: Anii Segrera
Un lote de 25.000 vacunas contra la viruela símica, donadas por el Gobierno de Japón a Colombia en abril de 2023, ha expirado sin haber sido utilizado en la inmunización general. Estas vacunas, recibidas por la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional, fueron destinadas exclusivamente a un ensayo clínico y no se usaron para prevenir la propagación del virus en la población. La caducidad de las vacunas, programada para febrero de 2024, generó preocupación dado el contexto global tras la declaración de emergencia de salud pública por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en julio de 2023.
A pesar de la alerta internacional sobre el brote de viruela del mono, que si bien no alcanzó niveles pandémicos similares a la COVID-19, fue motivo de vigilancia intensa, Colombia no logró utilizar efectivamente las vacunas disponibles. El Ministerio de Salud había anunciado en 2022 la compra de 5.600 dosis adicionales para enfrentar la situación, sin embargo, ninguna de estas vacunas ha llegado al país, lo que ha suscitado dudas sobre la gestión y preparación de las autoridades sanitarias para hacer frente a este tipo de emergencias.
Este caso resalta la importancia de una coordinación más efectiva y una gestión adecuada en la distribución y uso de vacunas en situaciones de salud pública. La expiración de estas dosis sin haber sido aprovechadas representa una oportunidad perdida en la lucha contra la viruela símica, y plantea la necesidad de mejorar las estrategias de prevención y respuesta ante brotes epidemiológicos en el país.
