Banarte: Un emprendimiento que revive la sabiduría ancestral

Un encuentro donde la riqueza cultural del Caribe se entrelaza con la maestría artesanal, ofreciendo a los asistentes un viaje inolvidable a través de la historia y las tradiciones de la región.

Vestida con bata larga y despojada de todo aquel atuendo que genere opresión, como su ropa interior, Kelli Muñoz Arias pone sus pies descalzos sobre la tierra, se sienta en un tronco de madera y establece un contacto especial con matas de banano en búsqueda de inspiración para confeccionar un canasto.

Con este ritual, Kelli Muñoz Arias, artesana afrodescendiente del municipio de Zona Bananera, se dispone sagradamente a elaborar los productos de su emprendimiento ‘Banarte’, que hoy son expuestos en la Cuarta Feria Artesanal y Cultural del Caribe Colombiano organizada por la Universidad del Magdalena.

Desde sus 12 años se adentraba en los cultivos de guineo en el corregimiento de Guacamayal. “Mi bisabuelo tenía una hectárea de tierra. Esas matas eran enormes, pero las más bonitas, yo decía ‘Dios mío pero qué cosa más bella’. Me daban ganas de abrazarlas”, relata Kelli.

Como si escuchara la voz de sus ancestros, en una de sus faenas por los sembradíos, Kelli halló una conexión mística con lo que hoy es insumo para sus artesanías. “Yo sentí ese llamado de la naturaleza. Las matas me hacían‘¡pssst, pssst!’, descubrí que la naturaleza tiene un contacto conmigo”, cuenta con tono curioso.

Ese sonido que sigue llegando a sus oídos en cada jornada de recolecta, ha sido para ella una verdadera ‘Musa Paradisíaca’, como la ciencia denomina a esta planta herbácea que se cultiva en esta y otras regiones del país. Kelli siente que su arte fue un don dado por Dios, pero imbuida por su abuela a quien cotidianamente veía envolviendo alimentos con la fibra seca del banano.

A través de la técnica del enrollado y puntada en ‘V’, desde sus 19 años y por más de 23 se he dedicado a elaborar bolsos, carteras, canastos, abanicos de mano, decoración para el hogar, entre otros productos 100 % naturales y biodegradables, a partir de la majagua, como le llaman tradicionalmente a la fibra que se extrae del tallo, las hojas y los frutos de la mata de guineo.

La naturaleza le proporciona sabiduría y, en retribución a ello, Kelli se compromete con su emprendimiento a conservar el medio ambiente, pero también a prolongar el legado de sus ancestros, compartiendo sus conocimientos con sus seis hermanas, sus tres hijas y su cuñada, quienes también conforman ‘Banarte’.

Tras cuatro años consecutivos asistiendo a la feria artesanal considerada la más grande de la región Caribe, impulsada por el Rector Pablo Vera Salazar, Kelli Muñoz expresa profundamente agradecida: “ha sido una experiencia divina, porque a través de esta oportunidad he estado en muchas ferias más. Acá resaltan mucho lo tradicional, lo nuestro. Gracias porque esto es único, nunca nadie había tenido tanto interés en mostrar tanta tradición y tanta cultura junta”.

Artesanos se capacitan

La tarde del primer día de feria estuvo dedicada a capacitar a los artesanos, a través de charlas y talleres alrededor de la gestión de las organizaciones de economía solidaria y popular, con el fin de proporcionales conocimientos que les permitan encontrar oportunidades de asociatividad, diversificación, creación de valor e inmersión en el mercado laboral, financiero y comercial.

“Esta es una labor de responsabilidad social de la Universidad con sus comunidades de influencia para ayudarlos en conceptos prácticos y reales que se vean materializados en beneficios para ellas”, aseguró el docente Alexander Daza Corredor, orientador de las capacitaciones.

También hubo espacio para desarrollar un taller dirigido por el banco Davivienda sobre fortalecimiento de negocios, donde los artesanos aprendieron conceptos de administración y finanzas claves para la aplicación a sus emprendimientos y empresas.

Como parte de la programación, desde Cuba asistió Zuleica Romay Guerra, directora del Programa de Estudios sobre Afroamérica de la Casa de las Américas, quien disertó sobre África en la cultura afrocubana y abordó la huella y herencia de este continente en el territorio latinoamericano, reflejada en costumbres, creencias, comportamientos, relacionamientos, gastronomía y otros aspectos socioculturales.

“Una de las cosas que más trabajo nos cuesta es el diálogo horizontal en igualdad de condiciones entre los cultores tradicionales y la academia, entonces veo esta feria como un espacio que facilita esos diálogos, los estimula y nos ofrece la oportunidad de aprender unos de otros”, manifestó la invitada cubana.

Además, se llevó a cabo la charla denominada ‘Artesanos y oficios en el registro audiovisual de Señal Memoria’, dictada por el periodista e historiador Luis Alfonso Rodríguez Norato, jefe de Gestión Cultural del archivo audiovisual y sonoro de RTVC – Sistema de Medios Públicos.

Con una multiplicidad de temáticas, la Universidad del Magdalena, con el liderazgo del Rector Pablo Vera Salazar, se compromete a mantener vigente el legado ancestral y preservar la riqueza de las expresiones culturales que identifican a las comunidades artesanales del Caribe colombiano, en concordancia con lo plasmado en el Plan de Desarrollo Universitario.

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